Agobiado por permanecer tanto tiempo en el palacio Jimin decide salir a caminar, pero de una forma diferente. Escapándose de los muros del palacio vestido de negro y escondiéndose como un ladrón conoce a una chica que le robara su corazón. Y tras en...
Siempre habrá algo o alguien que se disponga a cortar un buen momento, en este caso algo y alguien tiene peso en sus palabras. Por el auricular de Jin se le dio una orden y muy a su pesar interrumpió aquel hermoso momento. Exacto aquella primera cita que tenía su mejor amigo.
-Disculpe alteza, me permite un momento.- este asintió disculpándose con la chica. Se levantó y se fueron fuera del toldo para poder conversar.
-¿Sucede algo?
-Me acaban de informar que el duque y su hija están en la entrada.- el semblante de Jimin cambio de un momento a otro, suspiro- debes estar presente, tu padre se encuentra en Busan arreglando asuntos.
-Haz que pasen a la sala amarilla, que esperen allí- peino su sedoso cabello negro- llama a una de las empleadas que les atienda mientras llego, si pregunta que digas exactamente la actividad que hago mas no quien me encuentro. Esto será secreto hasta hacerlo oficial y ella se sienta cómoda- Jin asintió- por momento me despediré, toma medidas de seguridad para sacarla de aquí sin que nadie se dé cuenta.
Dicho esto Jin se retiró a dar órdenes para la salida de la chica.
-Lili- ella subió su cabeza y vio al chico- lamento interrumpir nuestra cita- bajo la mirada apenado. ¿Por qué demonios se empeñaban a estropearle las cosas?- surgieron asuntos y debo volver al palacio. Y...- sus palabras quedaron en boca cuando ella se levantó, camino hasta él y tomo su pequeña mano con la de ella. Sonrió.
-No te preocupes, entiendo todo esto ¿sí?- este asintió algo rojo- ve, te llamare o le diré algunos de tu escoltas cuando llegue.
-Está bien, perdóname de verdad- tomo ambas manos de ella- uno de mis hombres de confianza te llevara hasta tu casa y me asegurare que estés bien- ella asintió, enseguida entraron dos hombres con lentes negros y trajes del mismo color- ¿tienen órdenes de Jin?- respondieron con un "Si alteza"- Bien quiero que llegue segura. Ya saben qué hacer. Dicho esto comenzaron a llevársela hasta que volvió a hablar- espera- la tomo en brazos le dio la vuelta y le planto un dulce beso en su frente- gracias por venir.- dicho esto la vio marcharse con los hombres, suspiro y se dio la vuelta algo rojo mirando a su amigo que le sonreía- Mi caballo y Jin...
-¿Si?
-Borra la sonrisa.
...
Por el ventanal de aquel palacio se observaba el cambo del lado sur, donde el príncipe paseaba por el gran terreno con su caballo, a lo lejos aquella chica de cabellera rubio observo tres caballo con sus jinetes. En el medio vio al príncipe, con elegancia, y seriedad tomaba camino hasta donde estaban ellos. Sonrió para sí misma.
Bastaron diez minutos para que aquel joven pelinegro entrara en el salón con su uniforme de jinete y le hicieran reverencia.
-Alteza disculpe venir sin informar, pero ocurrió algo y necesito notificárselo a usted ya que su padre no se encuentra.- dijo el hombre mayor.
-¿Qué sucedió?- fue directo al punto, se sentó en una de las sillas y estos imitaron su gesto menos Jin que permaneció a su lado.
-Alteza, el concejo llamo a su padre y a usted a una reunión de urgencia
-¿Motivo?- sí, estaba molesto. Y la chica se dio cuenta así que intervino ella para hablar con él. Cualquier excusa para acercarse.
-Alteza, han llamado para resolver algunos problemas con la frontera con Corea del Norte y un asunto más privado para usted.
-Los asuntos con la frontera tengo entendido que son con ustedes para eso tienen ese cargo ¿no?- elevo una ceja- ¿Cuál asunto privado?- fue directo
- Su matrimonio
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