Capitulo 6

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Árbol de cerezo

Jimin avanzo con sigilo por aquel jardín gigante cubierto por un gran suéter negro con capucha, una gorra y un tapabocas del mismo color solo se podían observar sus ojos. Ya llegando al gran muro que lo separaba del palacio y un bosque que llevaba a la ciudad se dispuso a subirlo con rapidez y agilidad. Jimin a lo largo de sus veinticuatro años se sabía el jardín de su casa como la palma de su mano junto cuantos guardias y cámara de vigilancia habían allí, también había estudiado muy bien cómo podía subir el muro y donde poner cada pie para no caer.

Ya en la cima del muro observo dos grandes mundos diferentes el gran palacio blanco rodeado de flores y gente de traje y del otro un bosque con algunos árboles de cerezo que llevaba a la gran ciudad, suspiro y descendió con mucho cuidado, cuando se disponía a saltar de la poca altura resbalo y callo de espalda se rió y observo su mano derecha con una cortada recordó las veces que caía y como su madre le daba un beso en sus heridas para que no llorara más. Negó para quitar sus pensamientos y se dispuso a caminar en línea recta rápidamente antes de que se dieran cuenta de su ausencia.

Ya después de caminar un largo tramo se encontró con un gran árbol de cerezo con un pasto de color verde y varias hojas alrededor era muy hermoso, todo estaba en completo silencio, en calma solo se escuchaba la brisa cuando chocaba con los árboles y sonrió para si mismo, paz para él.

-Oye ¿estás bien?- a sus espaldas se escuchó una voz sencilla amable y sobre todo femenina. Se tensó y su corazón empezó a latir con fuerza como rayos le podía pasar esto a el- ¿Estas bien?- repitió la fémina al ver que no obtuvo repuesta, el suspiro y aun de espalda asintió no quería que lo reconocieran.- ¿Seguro? Estas sangrando de tu mano derecha- observo su mano y en efecto esta estaba lastimada en la palma y llevaba un recorrido de hilo de sangre.

-Sí, estoy bien- rezo para que no lo reconociera no quería que nadie se enterara de que él estaba allí. No escucho respuesta así que pensó que la chica se había marchado pero desapareció ese pensamiento cuando algo cálido toco su mano, este se tensó y abrió sus ojos cuando la vio en frente de él y tomando su mano. Era linda si, cabello castaño con tonos rojizos que caían hasta sus codos, ojos color café oscuro, piel tostada claro y pequeña en estatura. La chica le sonrió y lo jalo hasta del árbol de cerezo el permaneció quieto observando cómo era llevado hasta allí, vio como la chica se quitaba una mochila azul claro y se disponía a abrirla de ella saco una cartuchera mediana abriéndola para sacar de un pequeño plástico algodón y luego un pequeño frasco color azul.- ¿Qué haces?- tartamudeo no debía dejarse tocar por nadie y mucho menos una desconocida.

-Tranquilo, solo te curare esa herida- dejo la mochila pegada a la copa de este y se acercó a él tomo su mano y el la alejo rápidamente- Tranquilo, solo es alcohol y algodón- el chico parecía dudar y ella no quería asustarlo, solo quería ayudarlo- Te mostrare- ella tomo algodón y quito la tapa del alcohol para mojarlo, subió su sudadera blanca y le mostró un pequeño raspón en su antebrazo, el observo aquello rojizo en el brazo de la chica y como ella llevaba el algodón húmedo hasta allí- ves, simplemente es alcohol no te haré nada. ¿Puedo tomar tu mano para curarla?- el dudo un poco, pero por lo que se había dado cuenta no lo reconocía y eso era bueno pues no quería un escándalo. Asintió y ella lo tomo de la mano con delicadeza no quería que se asustara, se sentaron en el pasto y ella le empezó a curar su pequeña herida, el solo observaba como lo hacía con delicadeza.

Al final ella tomo su bolso nuevamente y de allí saco una curita con animales impresos en ella, el, la observo con una ceja alzada y ella sonrió.

-Mi amigo se mete en problemas todo el tiempo, por eso llevo todos estos implementos. Siempre tengo que curarlo y lo molesto comprando este tipo de curitas con figura- el la observo por un largo tiempo. Sí, es hermosa y delicada pensó- por cierto ¿Cómo te llamas?- volvió a tensarse y ella lo noto cuando el bajo la mirada- No te preocupes no me digas, no estás obligado decírmelo- ella guardo todo nuevamente- Por cierto me llamo Lili- ella se levantó y coloco su mochila dispuesta a irse hasta que el hablo.

-Mochi- ella se volteo y lo observo confundida-Puedes decirme Mochi- bajo la mirada nervioso- ¿No te da miedo que sea un asesino o un ladrón y te haga daño después de que me curaste en un bosque sin nadie alrededor que pueda ayudarte?- le pregunto levantando la mirada y se sorprendió cuando ella le sonrió

-Si fueras sido un asesino me hubieras atacado hace rato o robado ya que estamos solos- le regalo una sonrisa tierna- Pero no lo hiciste y no me das miedo. Solo eres tímido, fue un placer Mochi, hasta luego- se despidió con la mano y se fue por los arboles hasta el sendero. Su corazón latía rápido observo su curita y sonrió.

¿se han enamorado a primera vista?

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The Golden Prince©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora