Capítulo 50

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Verdad

Algo frio cayo en ambas cabezas haciendo que ambos chicos se despertasen. Jin estaba al frente de la chica ambos empapados por el agua con hielo que les habían aventado.

El frio se colaba, ambos empezaron a temblar, pero la preocupación del pelinegro era ella. Su vestido era de tela simple.

-Durmieron mucho- sonrió aquel hombre- pero es momento de despertar, ahora que tengo su atención quiero comunicarles que jugaremos a algo- Jin alzo la mirada inmediatamente y vio como aquel sujeto estaba parado al lado de un pipote de agua mediano.

-¿Qué pretende hacer?- hablo el chico, su voz estaba rasposa. No habían ingerido agua.

-Jugaremos. ¿No lo dije ya?- uno de sus hombres se acercó trayendo consigo aquel envase mediano con agua- Ahora. ¿Por dónde empiezo?- toco la máscara, como pensando- ¡Ah sí! Dígame, guardia real. ¿Aguantara la tortura?

Jin sonrió de lado.

El hombre copio su acción, pero tomando bruscamente el cabello de la chica la posiciono delante del objeto, sonrió hacia el chico quien lo miro con pánico. Empujo fuertemente la cabeza hasta llevarla al agua haciendo que la castaña desespere-

-¡Suéltala!- gritaba el chico, pero era imposible. El hombre solo se divertía.- ¡Suéltala!

El hombre hizo caso y la subió, Lili quien tosía descontroladamente se removía entre los brazos del otro sujeto.

-¡Ya basta!- gritaba el chico- ¡¿Qué mierda quieres?!

-Fácil, de ti digamos que nada- camino alrededor de el- de ella- señalo- obviamente es mercancía de la cual debo cuidar- se detuvo- de tu príncipe, la persona que me contrato, todo.

-Sabes que esto conlleva a pena de muerte ¿verdad?

-Si me atrapan muchacho, si me atrapan.

...

-¡Quiero a todo el mundo desplegado ya!- la orden impuesta por el padre de Jin sonó en todo el campo, el príncipe se encontraba a su lado mientras aquel dictaba órdenes a su equipo.

Habían pasado los días, Jimin se desesperaba a cada segundo, no saber nada de su prometida más su mejor amigo lo tenían al colapso.

-Alteza- un chico vestido de guardia real se acercó- Alguien está en el salón amarillo, dijo que podría ayudarle en la búsqueda.

-¿Quién?

-La señorita Han.

...

Jimin estaba al frente de la señorita Han, ella estaba vestida con un jean oscuro haciendo juego con unos zapatos de tacón alto y una blusa de botones. Su cabello esta peinado perfectamente llegando más debajo de sus hombros. Sus ojos miraban atentamente al príncipe, su mirada oscurecida, apagada. Tenía ojeras y sus labios al resecos.

Se inclinó en una reverencia por veinte segundos.

-Mis más sentidas disculpas alteza real, le imploro me perdone por esto que a continuación le confesare- levantándose lentamente choco con la mirada del chico, quien fruncía su ceño- Alteza, ayer por la noche me dirigía al puerto marítimo de Busan, teníamos cargamento dirigido desde Japón- bajo la mirada- Mi padre me lo había pedido ya que tenía asuntos urgentes que atender. Siguiendo con sus órdenes llegue allí, pero el cargamento no se dirigía a Seúl, si no al bunker de Busan- mordió su labio suspirando- tome la decisión y di la orden de llevarlo hasta allí, uno de mis soldados nos llevó hasta el bunker donde se hallaba la mercancía sin ser aun supervisada.- sus lágrimas salieron, a lo que Jimin se sorprendió, jamás la había visto llorar- Alteza le juro que no sabía nada, le juro que no tengo nada que ver- se arrodillo ante él, colocando su cabeza en la alfombra que decoraba el lugar.

-¿De que estas hablando?- la voz de Jimin sonaba ronca, y escalofriante- Habla.

La chica lloraba, apretó encajando sus uñas en la piel de sus palmas y se impulsó para ver con sus ojos al príncipe.

-Alteza, al llegar al bunker este estaba desolado. Pero ese no fue el problema- de su cartera tirada a su la do saco un zarcillo que inmediatamente el joven pelinegro reconoció- esto lo encontré en una esquina y en ella una puerta secreta- Jimin se agacho a su altura, sus ojos puestos en algo que reconocía muy bien- la abrí y habían unas escaleras de concreto algo viejas- respiro profundo- mi padre me había dicho que ese Bunker no podía ser utilizado, pero no tenía más disponibles. Así que baje y los vi.

-¿A quiénes?- la voz de Jimin tembló.

-En unas sillas metálicas, al soldado de primera clase, comandante y su guardia real. Kim Seokjin- Jimin la miro inmediatamente- Y a la prometida y princesa de la nación, Choi Lili.

Jimin sintió su pecho arder, sus puños se posicionaron a su lado. La respiración se volvió más rápida, acercándose más hablo.

-¿Quiénes fueron?- y ella rompió en llanto nuevamente, sabía lo que vendría después- ¡¿Quiénes fueron?!- grito haciendo que la chica temblara.

-Príncipe, los culpables fueron mi padre y el canciller del país- Jimin gruño y se levantó sintiendo la rabia correr por sus venas.

-¡Guardias!- de inmediato el padre de Jin, mas unos cuantos se adentraron a la sala- Preparen el avión privado, y avisen a la guardia costera, iremos a Busan.

-¡Guardias!- de inmediato el padre de Jin, mas unos cuantos se adentraron a la sala- Preparen el avión privado, y avisen a la guardia costera, iremos a Busan

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The Golden Prince©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora