Agobiado por permanecer tanto tiempo en el palacio Jimin decide salir a caminar, pero de una forma diferente. Escapándose de los muros del palacio vestido de negro y escondiéndose como un ladrón conoce a una chica que le robara su corazón. Y tras en...
Los guardias corrieron, Jimin presiono su cabeza contra la ventana. ¿Cómo se salió de control todo? tenía que volver a su habitación antes de que Jin llegara si no todo estaría perdido. Además su teléfono tenía un botón de emergencia. Si algo ocurría la alarma se disparaba y se activaba su ubicación para mantenerlo a salvo. Salió detrás de las cortinas y comenzó a ir hasta su despacho, aún seguía cubierto y sudando.
Miro a ambos lados antes de cruzar, al ver que no había nadie camino rápidamente hasta la oficina, entro y comenzó a buscar en el armario escondido detrás del librero un cambio de ropa, pero un ruido disparo sus nervios, su celular tenía la pantalla en rojo y daba una alarma. Mierda Jin. Ya lo habían llamado, más las cámaras de seguridad lograron verlo también, inmediatamente un mapa se colocó en la pantalla así con Jin podía ver su ubicación él podía ver la suya. Y para mala suerte del joven se acercaba.
Opto por tirar su celular al escritorio camino a la puerta y salió corriendo hasta la otra planta, se escuchaban como había alboroto en todos lados y se le ocurrió entrar a la biblioteca.
Suspiro y camino para tratar de esconderse en cualquiera de los estantes donde estaban los libros, sin embargo un fuerte ruido lo hizo alertarse. Intento correr para esconderse pero alguien jalo de su capucha haciendo que se volteara rápidamente.
-Quieto- sus ojos se abrieron tanto como podían Kim Seokjin estaba delante de el con un arma apuntándolo- Sube las manos lentamente, si haces un movimiento brusco te disparo- su respiración era más agitada. Ahora tenía que pensar que hacer. Opción uno decirle que era él y ganarse un gran regaño y castigo por crear tan gran alboroto. Opción dos empujarlo y correr ganándose un disparo y un posible despido para Jin por no hacer su trabajo bien. Mierda.
Jimin subió las manos lentamente, al alzar la mirada vio cómo su amigo iba a llamar a refuerzos, suspiro por la estúpida idea que cruzo por su mente y con agilidad y aprovechando ese lapso de segundos corrió hasta el estante empujándolo con fuerza haciendo que este cediera, Jin quedó pasmado al ver como aquello le iba a caer encima pero con agilidad esquivo cosa que ya Jimin sabia así que solo fue un minuto que obtuvo para rodear y salir por el pasillo. Sin embargo Jin era un hombre entrenado y lo atrapo haciendo que ambos cayeran a suelo.
Jimin forcejeaba no podía dejarse descubrir y ya la capucha del suéter se había caído. Pataleo, pero Jin era fuerte al tenerlo encima y apretándolo de ambos brazos con una mano su amigo opto por quitarle el tapabocas, al tratar de quitarlo a Jimin se ocurrió una idea tonta pero aún le daría chance de correr. Así que mordió a Jin y este se quejó haciendo que olvidara por un instante su objetivo, lo empujo con todas sus fuerza y le propino una patada en sus genitales.
-Lo siento- lo dijo con voz gruesa cuando vio a Jin tendido en el suelo, corrió y se desvió por la ruta hacia su habitación nuevamente, pero antes de hacer todo eso se cercioro que nadie lo siguiera y entro a la habitación cerrando con seguro. Corrió a la ventana y la abrió dejando que entrara aire e hicieran el despiste de que el "infiltrado huyo por allí".
Camino rápidamente al baño y se encerró allí, quito toda sus prendas y las escondió en un gabinete. Abrió la ducha y se quedó allí.
Al amanecer Jimin bajaba con tranquilidad con ropa sencilla por las inmensas escaleras del palacio, pues después de la noche anterior reforzaron la seguridad y a él lo custodiaron, el problema es que no había visto a Jin y eso lo ponía un poco nervioso, vamos que morder y golpear a tu amigo no es nada sencillo. Al entrar al comedor estaba su padre y Jin conversando tranquilamente como que nada hubiese pasado anoche.
-Buenos días- se reverencio al igual que los otros dos
-¿Cómo pasaste la noche hijo?
-Bien- fue lo único que respondió, se sentó y comenzaron a desayunar en completo silencio lo único que se escuchaban eran los cubiertos. Hasta que el padre de Jimin termino su desayuno y se dispuso a retirarse dejándolos solos.
-¿Por qué tu celular estaba en la oficina?- Jin rompió el tenso silencio
-Lo olvide cuando buscaba unos papeles, no volverá a ocurrir- dijo tranquilamente pero con el corazón a mil. Ya se le estaba haciendo un habito muy malo el mentir.
-¿Estuviste todo el tiempo en la habitación?- esta vez alzo la mirada para ver a su amigo
-si
-¿No escuchaste el alboroto?
-sí, pero no saldría de mi habitación. Tú me lo has dicho muchas veces
-Anoche el infiltrado se coló en tu habitación y salió por la ventana. ¿No lo viste?
-No- Jimin vas al infierno- ¿Qué te sucedió en la mano?- pregunto para cambiar el interrogatorio de su amigo
-El imbécil me mordió- Jimin no aguanto y se echó a reír en su cara, Jin arqueo una ceja- ¿Te vas a reír?
-Amigo no puedo llorar- suspiro- dejaste que te mordiera ¿en serio?
-Tranquilo esto no se quedara así, lo encontrare y pagara por esto- Jimin trago- la próxima vez no dudare en disparar- se levantó y se fue dejando a Jimin solo en la mesa
Dios ayúdame
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