Agobiado por permanecer tanto tiempo en el palacio Jimin decide salir a caminar, pero de una forma diferente. Escapándose de los muros del palacio vestido de negro y escondiéndose como un ladrón conoce a una chica que le robara su corazón. Y tras en...
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Una gran alfombra roja estaba desplegada en aquel mármol, dando el paseo más esperado por un hombre que estaba frente a un altar. Su traje lo hacía lucir un gran porte, un hombre de poder, un hombre que tomaría el poder.
A su lado un chico alto de cabellera negra con una gran sonrisa dándole ánimos.
Un hombre orgulloso sentado en frente esperando la marcha nupcial.
Todos estaban ansiosos por la llegada esperada.
Y ese momento, llego.
Una silueta vestida completamente de blanco entro por aquellas puertas enormes de la iglesia, todos se habían puesto de pie para observar la magnífica imagen que caminaba a paso lento por aquella alfombra. Una tiara de diamante estaba posada en su cabeza y un hermoso vestido blanco abombado estilo princesa resalta su cuerpo.
Iba caminando tomada del brazo de su mejor amigo quien iba con una sonrisa, al llegar Jimin bajo un escalón y reverencio al igual que ella, extendió su mano y su mejor amigo hablo.
-Te entrego a mi preciado tesoro, a mi mejor amiga y hermana.
-La cuidare, lo juro- sonrió tomándola suavemente para que subiera- Estas preciosa, amor.
-Tú también- sonrió con timidez
-Bienvenidos a todas y todos a esta hermosa unión, por favor tomen asiento y comencemos- el padre comenzó a leer cada palabra que contenía aquel libro gigante en sus manos, Jimin estaba perdido ante la mirada de su futura- dentro de poco esposa- estaba hermosa y el no quedaba atrás- Por favor, altezas sus anillos- Jimin miro a Jin, quien con tranquilidad se posos a su lado con una almohadilla color rojo con bordado dorado; encima de esta dos anillos en dorado con grabados en su interior.
-Yo, El decimoquinto príncipe de Corea, Park Jimin; te ofrezco mi vida, mi fidelidad y mi eterno amor ante los ojos de estas personas y ante los ojos de Dios- coloco en su dedo anular aquella joya, el temblaba y sudaba.
-Su turno alteza- hablo el hombre mayor delante ellos.
-Yo, Princesa del reino de Corea, Choi Lili; te ofrezco mi vida, mi fidelidad y mi eterno amor ante los ojos de estas personas y ante los ojos de Dios- con su mano suave coloco ahora ella su anillo.
Continuando con la ceremonia, las personas estaban conmovidas; pues aquel chico estaba deslumbrante y tenía la sonrisa más hermosa en su rostro. La chica era lo mismo y desbordaba amor y felicidad. Una historia contada para las personas como amor a primera vista, pero para los que los conocían, era una historia de un príncipe escapado de su torre.
-Príncipe Park Jimin, acepta como esposa a la princesa Choi Lili para armarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad; en la riqueza y la pobreza hasta que la muerte los separe- lo miro.
Toda la vida, eternamente.
-Sí, acepto.
-Princesa Choi Lili, acepta como esposo al príncipe Park Jimin para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad; en la riqueza y la pobreza hasta que la muerte los separe.
Y en la próxima vida.
-Sí, acepto.
-Por el poder que se me otorga, los declaro hoy marido y mujer- sonrió- Príncipe puede besar a la novia- este sonrió como niño pequeño y tomo su cintura.
-Te amo, mi amor.
-Te amo, mi Mochi.
Acerco sus carnosos labios a los de ella sellando así su promesa y juramento eterno ante los ojos de la sociedad, el mundo y Dios.
...
Todos brindaban y sonreían en aquel salón cerrado la boda que hace más de cinco horas se llevó a cabo. Jin estaba en sus andanzas con la chica de la cocina, Max se había retirado con su ahora novia porque tenían que volver al trabajo al día siguiente.
El rey sonreía junto a sus amigos en una mesa principal del salón, mientras dos almas completamente unidas bailaba despacio en el centro con sus frentes juntas, sus ojos cerrados siguiendo la relajante melodía que sonaba.
-Jamas espere un momento tan hermoso y mágico como este- dijo el chico sin abrir sus ojos- mama estaría muy feliz, le hubiera encantado conocerte.
-Ya lo hace- abrieron sus ojos- Lo hace, porque aunque no está presente físicamente está aquí- señalo el pecho de él colocando su palma, el sonrió- y en el corazón de cada persona que está feliz por ti amor.
-Por nosotros, cariño- beso sus labios con dulzura, se escuchó un carraspeo detrás de ellos. Jimin gruño.
-Calma, can- sonrió Seokjin- Esta listo todo.
-¿Ya?- pregunto observando que varios aún estaban allí. Este asintió.
-¿Qué está listo?- pregunto inocentemente Lili detrás de ellos.
-Pues, su viaje ¿No lo sabias?
-Cállate idiota- Jimin lo piso haciendo que el mayor lo fulminara- Decidí que nuestra luna de miel fuera en otro país.
-Adelanto todo cariño, quiere un heredero ya- Jimin le iba a propinar un golpe pero salió disparado carcajeando.
-No le prestes atención.
-Pensé que querías pasar luna de miel aquí.
-No amor- tomo sus mejillas- quería darte algo bonito, lejos de todo esto. Claro con Jin de bombilla- ambos sonrieron- quiero sacarte de aquí y que pasemos nuestra primera vez juntos- se sonrojaron ambos- Te amo Lili, eternamente. Eres el amor de mi vida.- la beso para después juntar sus frentes- viajaremos hoy.
-¿A dónde?
-Paris.
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