Capítulo 56

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Luna de miel 

Ambos subieron a sus propias habitaciones, Jin estaría encargado de lo que faltaba para su viaje fiera del reino.

Jimin se encontraba en su habitación con nana, estaban doblando ropa y cosas para su viaje de luna de miel. En un momento Jimin se quedó parado en la mitad de su habitación mirando un punto en específico.

-Hijo- nana lo llamo, pero este no se volteaba- ¿Jimin? Cariño- se acercó, pero aun así, el mantenía sus ojos en el piso- ¿Cariño, estas bien?

-Nana- tartamudeo- Como...

-Hijo ¿Sucede algo?- tomo sus mejillas, Jimin estaba rojo y sus ojos negros muy abiertos.- Cariño, habla.

-Nana, como tendré que...- se quedó en silencio un buen rato, hasta que sintió agua en su rostro- ¿Qué?- al alzar la mirada Seokjin tenía una ceja alzada, y en su mano derecha un vaso de vidrios vacío, suponiendo que el agua que tenía era la que tenia encima en ese momento.

-Llevas cinco minutos en tus pensamientos-dijo el mayor colocando el vaso en una mesa cerca de la puerta, camino hasta sentarse en su lado de la cama- ¿Qué paso ahora?

-Jin, disculpa por perderme en mis pensamientos- paso sus manos por su cabello húmedo- es que me acabo de acordar de algo.

-¿Qué cosa?

-Nunca he estado con alguien- lo miro, Jin le dio una mirada tierna para luego darle un palmada en su hombro.

-Todo estará bien, no te diré como se hace- sonrió con gracia y Jimin lo golpeo en el estómago- Bueno, ya. Escucha- se sentó derecho- tienes que calmarte, eso va a ocurrir siempre, ahora que están casados más- se levanto y camino por la habitación- Mira, debes relajarte y ser tú, no tengas miedo es tu esposa y la futura, madre de tus hijos. No pienses cosas negativas enano.

-Sé que no debo, pero no sé qué hacer.

-Se dará con naturalidad, y créeme en ese momento sabrás que hacer.

Este asintió nervioso, para luego recibir un almohadazo en la cara.

Ambos comenzaron a reírse y tirar almohadas por toda la habitación siendo visto por su nana.

...

Ya en la parte de la salida, todos los despedían con sonrisas y abrazos.

-Quiero que se cuiden mucho ¿Si?

-Sí, nana estaremos bien- hablo Jimin.

-Lo sé, pero debo repetírtelo Park- sonrió- cuando lleguen la habitación matrimonial estará lista.

Ambos chicos miraron a otras partes completamente avergonzadas y rojas.

-Ay, por Dios- Jin trono la lengua- debe ser que cuando ande un mini Jimin en la casa es porque la cigüeña lo trajo.

-Cállate- dijo Jimin entre dientes, suspiro- Nana, gracias- beso su frente- debemos partir.

-Adiós nana, nos veremos pronto- abrazo la castaña.

-Y Con un futuro nieto nana.

-¡Cállate!

...

Tres automóviles se estacionaron en la pista más lejana, aun así los reporteros estaban a una distancia prudente tomando fotografías de los esposos y futuros reyes de la nación.

Jimin bajo del automóvil con una camisa negra y portaba unos lentes oscuros. Agachando su anatomía extendió su mano que fue tomada por su esposa y la ayuda a bajar.

Ella quedo con su mano entrelazada a la de él, y su boca abierta en sorpresa al ver al gran avión delante de ella. A un lado se leía perfectamente "Reino de Corea" y la bandera más el escudo.

-Es hermoso- dijo ella, Jimin tomo con fuerza su mano al ver como las escaleras para ingresar al avión se iban deslizando para darles la entrada.

-Sí, y con esto te hare conocer el cielo conmigo- beso su frente, un hombre vestido de piloto reverencio y los hizo subir.

Al estar adentro era como otro mundo, cada asiento del avión estaba separado menos dos más delante de ella, eran grandes y cómodos de color blanco. Frente había pequeñas tabletas. A un lado un mini bar.

-Espero el viaje sea de su agrado altezas- una chica vestida de aeromoza se inclinó- por favor tomen asiento, el piloto indicara cuando despegaremos- sonrió.

-Gracias- dijo la chica- esto es hermoso Jimin.

-Gracias, amor- tomo su mano besando donde tenía su anillo- y todo esto ahora es tuyo también, te amo.

-Yo también te amo mi Park Jimin.

Ambos se besaron hasta que escucharon una voz por el parlante y sonrieron.

-Prepárense altezas despegaremos, con rumbo a Francia, Paris.

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The Golden Prince©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora