Capítulo 47

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Fiesta 

La pastelería estaba cerrada esa mañana, las ventanas estaban cubiertas por cortinas color blanco elegantes. Una mesa redonda de madera estaba situada en el segundo piso, en ella cuatro platos con un desayuno y tazas de té. Cuatro sillas y cuatro personas.

Los padres de Choi Lili estaban frete de ella y su amigo. Estos estaban bien vestidos y arreglados, hasta la esquina ella podría jurar que se olía el perfume de su madre.

-¿Dónde está mi yerno?- pregunta su padre

-Jimin está ocupado, no pudo acompañarnos.

-Que desconsiderado, sus suegros vienen a verlo y este simplemente los deja plantado.

Max iba hablar, pero una diminuta mano caliente y sudada lo tomo de su muñeca.

-El ni siquiera sabe que ustedes están aquí- hablo algo seca.

-¿Por qué no le dijiste?- hablo esta vez su madre- que desagradecida, después de todo lo que hacemos y te dimos no nos presentaras a tu amado futuro esposo- sonrío con suficiencia

-¿Qué clase de padres son ustedes?- una voz masculina detrás de los dos castaños hizo voltearse, Lili se llevó la sorpresas de que Jin estaba allí.- ¿Cómo se atreve a decirle algo así a su hija?

-Le hablo como quiero, soy su madre, es mi derecho.

-Creo que el titulo le queda algo grande, debería buscarse otra profesión- enarco una ceja-

-Y tu niño, deberías dejar ser tan grosero- Max sonrío. Mala idea.

-¿Grosero?- rio sin gracia- deberían colocar sus pies en tierra, no saben quién soy.

-¡No me importa!- dijo el hombre-solo vine aquí para conocer a alguien, pero Lili siempre está de incompetente.

-Le agradecería que saliera de mi pastelería- hablo Max levantándose- y procuren no volver.

-¿Todo esto, por la verdad?- la señora rio- Lili siempre ha sido así desde pequeña. Siempre se interesó en ella.- se acercó- nos abandonó, se fue con su amante- una silla siendo tirada con agresividad se escuchó en las paredes blancas. Lili se había puesto de pie, sin embargo ella no fue quien contesto.

-Señora, le agradecería que no se refiriera ni hablara mal de mí futura esposa- Jimin hacia presencia, se puso al lado de su novia quien temblaba por el llanto silencioso- les agradecería también que salieran de aquí.

-Alteza- reverenciaron- lamentamos eso, fue algo impulsivo.

-Impulsivo o no, lastimaron a mi pareja- Vio a Jin dándole una mirada que el entendía muy bien, camino hasta la chica y se la llevo de allí- que sea la última vez que los escucho hablar mal de ella.

-Pero alteza...

-No quiero oírlos, mucho menos verlos.- se acercó- se supones que son sus padres, deben apoyarla sin importar que, pero me contaron lo que en realidad paso- camino hasta la puerta tomando la perilla- no vengan, no aparezcan. Es mejor- cerró detrás de él.

...

-Todo está bien, estoy bien.- dijo la castaña en el auto.

-No creo...- el tomo de las mejillas- sé que te dolió sus comentarios.

-Ya no lo hacen- negó- solo me molesta su forma de ser, siguen siendo los mismos.

-¿Qué harás?

-No quiero que estén en mi boda, se escuchan mal que diga eso.

-No se escucha mal, es lo que sientes y piensas y yo no te voy a juzgar por eso- junto sus frentes- todo estará bien ¿sí?- ella asintió, para luego empezar a besarse. Un beso que demostraba el cariño y el amor de dos personas que se querían. Dos personas capaz de entregar todo de ellos.

Un carraspeo los interrumpió.

-Ya llegamos

-Si Jin, ya me di cuenta- dijo el pelinegro- ¿Nos vemos esta noche en la fiesta?

-Sí, te amo.

-Yo más.

...

Un salón con personas vestidas elegantemente, trajes, corbatas y camisas era lo que usaban los caballeros. Mientras las damas lucían vestidos a la altura del evento, finas telas de colores fuertes y suaves.

Era una fiesta antes de la boda, pues no harían despedidas de soltero, no estaba permitido. Así que el padre del chico decidió hacer una reunión con varias personas cercanas y del concejo.

Aun así habían asistido muchas personas, Jimin tenía una copa de champán en mano, sus sonrisa era resplandeciente estaba feliz, se le notaba.

Una melodiosa canción de vals sonó por la orquesta situada en una esquina, Jimin miro a sus alrededores y allí vestida con un hermoso vestido con estampados de flores y una tiara pequeña estaba la chica de su vida. Camino hasta ella con decisión y tendió su manos haciendo una reverencia.

-Le gustaría a usted, distinguida dama. Acompañarme en este baile

-Sería un placer distinguido caballero.

Pero como dije, no todo es color de rosa.

Pero como dije, no todo es color de rosa

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The Golden Prince©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora