Agobiado por permanecer tanto tiempo en el palacio Jimin decide salir a caminar, pero de una forma diferente. Escapándose de los muros del palacio vestido de negro y escondiéndose como un ladrón conoce a una chica que le robara su corazón. Y tras en...
Jimin estaba vestido con un traje hecho a la medida, su cabello bien peinado estaba de lado, se miraba en el espejo. Había salido en la mañana, escoltado por su mejor amigo y regresado con otros por órdenes de él, tenía una sorpresa al bajar las escaleras donde todos lo esperaban.
Había dormido poco, no tenía ojeras, pero aun así la ansiedad era notable en él. Había ido al baño por lo menos ya diez veces para lavar el sudor de sus manos.
No había dejado que su padre, Jin y su nana lo vieran, y extrañaba a su esposa a quien tampoco había visto desde la noche en su nueva habitación.
Camino hasta las puertas de roble de su nueva habitación matrimonial, abrió despacio y encendio la luz, todo estaba tal cual su otro armario. Camino hasta la fina donde había una gran caja fuerte de color negro con una pantalla digital, coloco algunos dígitos mas su huella y esta abrió.
Con manos temblorosas tomo la fotografía que había conservado desde la muerte de su madre, allí salía ella tan hermosa como la recordaba.
Cabello castaño hasta la cintura, una trenza decoraba la parte de atrás de su cabello, tenía un lindo vestido entre lila y blanco. A su lado estaba su padre vestido de traje sonriendo también a la cámara.
Sonrió al verse, su cabello negro, sus mejillas regordetas, y su sonrisa haciendo desaparecer sus ojos a su lado su mejor amigo quien sonreía al igual que él.
Jimin agradecía cada día por estar en el mundo, por tener a los padres que tenía, por tener a la madre que tuvo, por amar a quien hoy está a su lado. Beso tiernamente la foto con una pequeña lagrima cayendo por su mejilla roja, y la llevo a su pecho.
-Te amo mama, lo lograre. Estarás orgullosa de mí.
...
Todos estaban en la sala, esperando que Jimin bajara de su habitación.
Su padre llevaba consigo un uniforme militar con cantidades de medallas.
Nana estaba vestida al estilo inglés, una linda falda por debajo de las rodillas color rosa palo, completando con una blusa y un blazer del mismo color. En su cabeza un sombrero algo grande con flores.
Jin como siempre y protocolo con un lindo y pulcro traje de color negro.
El día estaba precioso, el sol alumbraba cada esquina de la ciudad y en cada televisora nacional e internacional iban hablando sobre los invitados que llegaban donde sería la coronación.
Las redes sociales del todo el mundo estaban a la expectativa del nuevo rey heredero, su foto salía en varias partes.
Los pasos desde el pasillo de arriba se escucharon, todos voltearon para recibirlo, los primeros pasos bajando la escalera los pusieron ansiosos pero grande fue su sorpresa cuando el chico se detuvo a mitad de estas.
-¡Dios mío!- nana llevo sus manos hasta su boca, sus ojos se cristalizaron.
-¡¿Pero qué te hiciste?!- dijo Jin dando un paso adelante.
Su padre por lo contrario sonrió bajando la cabeza.
Y su hermosa esposa tenía sus mejillas algo húmedas.
Jimin simplemente estaba hermoso.
Un traje negro hecho a la medida no era lo que los asombro, no, era su cabello. El príncipe era rubio.
Con una sonrisa ladina termino de bajar los escalones, la primera en lanzarse encima de el sin importar si su vestido blanco se arrugaba fue su esposa.
-Eres realmente hermoso- besos de a picos sus labios, ganándose risas por parte de él.
-La hermosa eres tú, te arrugaras- le dijo abultando sus labios.
-No importa- lo beso nuevamente, se separó después de unos minutos dándole paso a su nana.
-Mi niño- tomo sus mejillas- mi hermoso bebe, eres un galán Jimin- rieron todos, el príncipe tenía sus ojos cristalizados.
-Gracias nana.
-La verdad se dice mi pequeño, esta es la verdad de ti- beso su frente- eres hermoso tanto por dentro como por fuera.
-Hijo mío- su padre lo estrecho entre sus brazos- Jamás me diste problemas en la adolescencia, ahora eres rebelde y te pintas el cabello- Jimin negó y rio.
-Era un pequeño cambio que quería hacer.
-Ahora si pueden hacer la escena de Titanic, te pareces a Jack- ambos rieron para abrazarse- Estoy orgulloso de ti amigo mío- toco su hombro- Esta lito ¿Majestad?
Los miro a cada uno.
Sonrisa, ojos cristalizados, corazones latiendo.
-Estoy listo, primer oficial.
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