Agobiado por permanecer tanto tiempo en el palacio Jimin decide salir a caminar, pero de una forma diferente. Escapándose de los muros del palacio vestido de negro y escondiéndose como un ladrón conoce a una chica que le robara su corazón. Y tras en...
Mochi ¿en serio mochi? En que pensabas. Esos eran los pensamientos de Jimin mientras se escabullía por los pasillos hasta estar frente a su habitación, observo ambos lados y entro, suspiro con la cabeza hacia arriba con ambas palmas detrás de la puerta y sonrió como tonto aun sin quitarse el tapabocas.
-¿Dónde rayos estabas enano?-Jimin salto y pego su espalda a la puerta tocando su corazón y vio a Jin en el mueble sentado con las piernas y brazos cruzados. Mierda.
-¿Acaso me quieres matar?
-No, hasta que sepa dónde te metiste- se levantó y se cruzó de brazos
-Fui hacer ejercicio
-Fui al gimnasio no estabas
-Fui a correr
-No estabas en el sendero, lo confirme y mire las cámaras de seguridad. Ninguna capto tu actividad hoy.
-¿Me espías Jin?- lo miro entrecerrando sus ojos- sé que soy guapo pero siempre me tienes cerca.
-Deja las tonterías Park. ¿Dónde rayos estabas?-dijo amenazando y claro Jimin trago. Jin podía ser intimidante si quería y cuando lo hacía daba mucho miedo. El príncipe camino hasta la cama y se quitó el suéter junto la gorra y el tapabocas- ¡¿pero qué mierda?!- Jimin se tensó cuando Jin alzo la voz y se acercó a paso rápido lo tomo de la mano y vio que tenía una curita y la palma roja- ¿Qué rayos te sucedió? , habla o te dejare encerrado y lo averiguare- Jimin abrió sus ojos.
-¿Estas demente Kim?- se separó- Me caí al volver de correr y lo hice desde el tanque este, por eso ninguna cámara me capto- suspiro- una de las mucamas me dio esta curita y ya. ¿Feliz?- No podía decir la verdad Jin lo encerraría y aunque suene ilógico que un hombre de veinticuatro años pueda ser encerrado pues, no lo es, ya que es un castigo por tras pasar lo límites y para que no salga herido o algo mucho peor lo encierran en el palacio sin salida al exterior.
-Park si me mientes tendrás problemas
-No lo hago, ahora... ¿Puedo bañarme?- Jin asintió y él le regalo una sonrisa.
Camino hasta el cuarto de baño y se miró en el espejo, en serio esa tonta sonrisa no se le quitaba observo su mano con cierto sentimiento y se dispuso a quitarse la cura parta ducharse.
Hora de la cena, todos estaban sentados, Su padre a la cabecera, Jin a su lado izquierdo y Jimin en el derecho y si Jin se sentaba con ellos a cenar por órdenes de su padre ya que él era parte de la familia.
Todos comían en silencio hasta que Jin observo a Jimin este sonreía más de la cuenta, y observaba su plato, luego una cucharada y repetía el proceso.
Jimin estaba en su cuarto leyendo un libro de las leyes del país, pero por quita vez suspiraba y seguía en la primera página.
-No sabía que las leyes de corea te hacían sentir tan feliz-Jin hablo desde el sillón mientras observaba su lapto.
-No sabía que te gustaba observarme, pero mira como son las cosas- se encogió de hombros. Jin suspiro cansado, no encontró nada en las cámaras de seguridad. Si exacto Jimin le mintió y averiguaría donde estuvo.- ¿estás cansado?- Jin asintió- anda ve nos vemos temprano.
-Está bien- recogió sus cosas y camino hasta puerta- Hasta mañana enano
-Hasta mañana.
Jin salió de la habitación de Jimin camino por el gran pasillo hasta la suya al entrar se recargo en la puerta de espaldas.
¿Dónde estabas Jimin?
....
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