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Al despertar esta vez si estaba la alta a su lado durmiendo tranquilamente, facciones marcadas, sus pestañas largas, cejas oscuras, su labios finos, era tan perfecta que era increíble que la haya elegido para un polvo.

Tenía a una hermosa secretaria, aún que no era de su agrado por como la ha tratado pero admitía que aquella rubia era más hermosa y no se creería que sólo eran colegas porque se ven las ganas que esa chica le tenía.

Sus ojos se abrieron como plato al recordar la reunión con Nayeon y Mark, se levantó rápidamente de la cama y no le importaba su la contraria se levantaba por su culpa había perdido.

- Mierda...- Se mareó por el brusco movimiento.

- No debiste levantarte así de rápido.- le lanzo una mirada asesina pero esta no le vio porque estaba estirándose.

- Tengo que irme, ¿donde esta mi ropa?

- Ven aquí...

- No, ¿Donde esta mi ropa?

- No te lo diré si no vienes aquí y me das un beso.

- ¿En serio?

- Si, una cosa por otra, tienes tu ropa yo mi beso y nadie pierde.

- ¿Que pierdes tu?

- Pierdo de pasar un rato más aquí contigo.— eso era extraño pero por alguna razón su corazón latió rápido, ella solo estaba jugando.

Soltó un suspiró y se acercó para darle un beso, uno muy lento.

- Debajo de la mía que esta en aquel sofá.- señaló aquella sofá de cuero café, si su ropa estaba debajo.

Se cambio rápido dejando el bóxer junto con la playera a donde estaba antes su ropa, al girarse vio a la alta abotonarse una camisa de cuadros, ya tenía puesto el top y bóxer, después ponerse unos pantalones de tela negro antes de colocarse los reluciente zapatos formales del mismo color.

- ¿Qué haces?

- Vistiéndome, se que te gusta mi cuerpo sin ropa pero no puedo salir así para ir a dejarte en casa.

- ¿Qué? Claro que no, yo puedo irme sola.- salió de la habitación pero escuchó los pasos detrás suyos.

Agarro su bolso fue por su celular en la cocina, tenía unas llamas de Nayeon y Mark que se las regresaría en el camino.

- Ya estas?

- Dije que no, tengo dinero para subir a un taxi.

- No me importa, tengo auto y no estoy haciendo nada así que te llevo.

- Dije que no...- agarro la fría perrilla de la puerta para salir pero estaba cerrada- Serias tan amable de abrir la puerta.

- ¿Me dejeras llevarte a casa?

- No.

- Entonces no la abriré- Apoyo su hombro en la pared y con los brazos cruzados la observó.

- Tzuyu te juro que si no me dejas salir gritaré.

- Ya lo hicistes antes en la cocina recuerdas y nadie escucho así que intenta si quieres.

- Se supone que esto se tenía que acabar en la mañana.

- Al menos dejame dejarte cerca de tu casa y listo.

- Esta bien.

La alta sonrió y se acerco poniendo una mano en su hombro apartándola de la puerta con delicadeza, metió la llave y la abrió.

Subieron en el ascensor en total silenció, se supones que esto ya debía acabar pero seguía ahí, tenía que irse rápido y también terminar de hacer unos diseños para mañana que tenía reunión con su segundo cliente.

- Buenas noches señorita Zhou.- saludo el señor de la noche anterior con la misma ropa, suponía que era su uniforme,

- Hola Enzo.- saludo con una sonría.- Ella es...

- No.- se supone que nadie debía de enterarse de eso, no conocía a ese señor ni que era pero la alta que al parecer se conocía muy bien.

- Buenas noches señorita.

Movió su cabeza en respuesta a su saludo, la mano de la alta se posó en su espalda baja y la empujo para caminata hacia el auto.

Le abrió la puerta y entro sin decir nada más, por la ventana oscura pudo ver al señor mirando a su dirección, él parecía sorprendido.

Quería preguntar quien era él, que tanto se conocían, ¿y por qué se sorprendía al verla?, la alta no era una persona que buscaba una relación estable así que a cuantas mujeres debió llevar a ese misma lugar y tal vez rompió un récord para que el señor este así de sorprendido, además parece que pasaba muy seguido en ese departamento porque tenía cosas para vivir ahí, pero no era algo que debía importarle, después de esa noche solo sería su cliente.

Se abrochó el cinturón y una vez más tuvo que calmarse por lo rápido que iba la alta, ¿cuantas multas tendría? Se preguntaba, ya deberían quitarle su licencia.

Le señalo donde dejarla que era en una esquina que quedaba a dos cuadras de su departamento, la alta abrió su puerta y extendió su mano para ayudarla a bajar.

- Gracias por todo, nos vemos para hablar sobre lo de las decoraciones— la contraria asintió, se giro para irse pero sintió su mano agarrar su antebrazo.

- Espera...

- ¿Qué sucede? - se giro mirando aquellos ojos cafés.

- Quiero que esto siga.

- Esto se supone que era solo una noche.

- Yo no recuerdo haber dicho eso.

- No, no podemos, de ahora en adelante eres mi cliente, nada de esto paso.

- Sana, ambas sabemos que no podemos hacer como si nada paso.

- Si, si podemos, además tu debes tener experiencia en eso.

- No, yo no puedo...- Apartó un mechón de su rostro, lo puso detrás de su oreja rozando su piel y luego colocó sus cálidas manos sobre sus mejillas- Sana quiero seguir tocándote y yo se que tu también- su frente se apoyo en la suya y sus labios rozaron- Quieres seguir haciéndolo conmigo?.- parecía que estaba suplicando y sus labios la besaron con lentitud y delicadeza.

- Esta bien...- aquellos ojos cafés brillaron y una sonrisa apareció en sus finos labios.

- Que bueno, no soy de tener sexo delante de otras personas.

- ¿Qué? - la miro confundida.

- Tenía pensado subirte en el capo de mi auto y hacértelo aquí hasta que aceptes.

- Tú no te atreverías a eso.

- ¿Me estas desafiando? - preguntó con una ceja levantada y una traviesa sonrisa de lado mientras se apegaba más a su cuerpo.

- Si, si te creó.- puso sus manos en su hombros y la aparto un poco.

- Bien, dame tu número. - lo dictó mientras la alta lo anotaba..- Te enviare un mensaje mañana.- dijo guardándose el celular en el bolsillo.

Se acerco y unió sus labios pero esta vez en un beso salvaje dejándola con la respiración agitada al separar.- Ya estoy ansioso para que sea mañana.- susurro contra su labios.

Deposito un último beso antes de subir a su auto, la vio desaparecer a lo lejos. Eso era muy extraño, su forma de tratarla era rara pero le gustaba, cariñosa, cuidadosa.

Antes de llegar a casa se compro las pastilla se la tomó en el departamento antes de que Nayeon apareciera y hiciera su interrogatorio el cual no contestó con quién estuvo.

your way G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora