Al bajar ya vi a mi familia sentada desayunando, me fue al refrigerador para servirme un vaso de jugo, mire a cada una de ellas que parecía guardar un secreto, un tanto silencio sospechoso.
- ¿Qué hicieron?.- pregunte mirando a cada una que dejaron su tenedor al mismo tiempo clavado en una fruta.
- Nada...
- Preparaste el desayuno?
- Si... Sabes que lo hago igual que tu.
- Si lo haces pero... Siempre haciendo un desastre por jugar con Mina y Amber las veces que no haces el desastre es porque no quieres que me enoje más de algo que hayan hecho ustedes, tampoco me fueron a levantar y son las 12.
- Queríamos que descansará mucho mamá....- Amber lanzo un beso en mi dirección, el cual atrapé y lo lleve a mi corazón.
- Y nosotras ayudamos a limpiar a mamá antes de sentarnos a desayunar, aquí esta el tuyo.- ofreció Mina con una tierna sonrisa.
- Si quieres más puedes pedir amor.
- Que tal si me dicen rápido lo que hicieron así el regaño pasara.- me senté enfrente de mi esposa que arreglo su corbata.- Con traje un domingo...
- Vamos a salir...
- Si pero no quiero que sigas saliendo con traje a un paseo familiar.
- Yo tampoco.
- Estoy de acuerdo con Mamá y Mina.
- Tres a uno...
- No quiero...
- No las regañare si sales con otra ropa que no sea formal.
- No...
- Mamá!...- las dos se levantaron y la agarraron del antebrazo.
- Solo es una simple ropa.
- Incluso te ves hermosa sin la ropa formal.
- Si muy atractiva...- añadí con una sonrisa antes de darle una mordida a la fresa.
- Si dices lo que hicimos no nos dejara salir.
- Esta bien...- accedió dando un beso en la cabeza a nuestras hijas.- Pero nada de regaños...
- Bien.
- Dañamos el pequeño jarrón que adornaba la mesa ratonera.
- ¿El que yo diseñe?
Las tres asintieron y soltó un suspiro, no era la primera vez que dañaban uno, ese día las castigue sin salida y sin beso para Tzuyu hasta la noche.
- Otra vez peleas de almohada...- asintieron.
- Puedes castigarnos pero a mi de otra forma...- mi Adonis versión femenina me dio su sonrisa traviesa y mis hijas rodaron los ojos, creo que dejare de sorprenderme por las tantas cosas que ya deben saber.
- Ustedes no digan nada...- señale a mis hijas.- Bien, no habrá castigo y Tzuyu quiero verte con otra ropa.
- O sin ella.
- Me gusta.
- Mamás...- las dos se quejaron.- Estamos presentes
- Ahora si se hacen las inocentes...- se burlo Tzuyu de nuestras hijas quienes le sacaron la lengua.
Terminamos el desayuno y esperamos a la adonis versión femenina.
- Tzuyu ven rápido!
- Mamá!.- mis hijas también gritaron entonces vimos a Tzuyu bajar las escaleras con una camisa negra, jeans celestes y zapatos deportivos blanco.