Separé lentamente mis párpados y con un dolor de cabeza que me hizo volver a cerrarlos con fuerza hasta que sus ganas de vomitar se hicieron presente y se sentó botando todo lo que consumió ayer en el suelo.
Mire a mi lado no estaba, una vez más estaba despertando sola, últimamente me molestaba eso pero no podía hacer nada estaba en su rutina de correr pero eso era más importante que despertar con su novia, mierda apenas acabo de despertar y vomitar y mi mal humor empezó junto con mi dolor de cabeza, era un puto infierno.
- Buenos días...- genial ahora para ser peor alguien estaba enojada.- Liz tendrá más trabajo por tu descontrolada noche.
- Yo puedo limpiar más tarde.
- No, dejalo vamos al baño.
- Mi cabeza duele.
- ¿En serio? Que pena, mi hermosa novia esta mal.
- Si es una disculpa lo que quieres no le voy a decir, así que deja tu sarcasmo de lado.
- Ve a asearte, el desayuno ya esta listo.
- Tzuyu hoy me quedare aquí todo el día en la cama.
- Bien, haz lo que quiere.
La mire con el ceño fruncido mientras caminaba a su cajón sin pisar mi asqueroso vomitado, saco un boxer, sostén con etiqueta, una playera y por último un pantalón de pijama rosado.
- Puedes ponerte eso, cuando termines de comer tomar pastilla para el dolor de cabeza.
- Tzuyu no recuerdo lo que paso anoche así que si eres tan amable de decirme que es lo que hice para ponerte así y vere si fue tan malo como para disculparme.
- En primer lugar fue tomar tanto poniéndote en peligro y en segundo recuerdalo tú sola.
Salió de la habitación dando un portazo, en verdad fue tan malo, no recuerdo nada, solo verme con Mark y ahora se que puede ser su ataque de celos.
Al salir del baño ya aseada me puse mi ropa que había dejado las veces que me quedaba a dormir para ir a ver a mi amigo con el que quede en una cafetería porque quería ver que este bien.
Conociendo a Mark cuando estaba borracho era muy terco y se que no le dejo el camino facil a mi Adonis versión femenina.
- Lo siento Liz.- me sentía avergonzada porque se hizo cargo de lo que deje en la habitación de Tzuyu.
- No pasa nada señorita Sana ya he limpiado mucho antes.
- ¿Cuales?
- Los de la señorita Tzuyu.
- Debe ser muy rara vez porque Tzuyu parece de las personas que no se enferman.
- No, cuando tomaba.
- Ella tomaba?
- Si.
- Pero ahora no, ni un poco, ¿por qué?
- Bueno es algo que no puedo contar.
- ¿Cuanto lleve trabajando con Tzuyu?
- Hace sies años, creo que serían siete ya que también le servía a ella mientras vivía con su padrino.
- ¿Con su padrino?
- Si, ellos eran muy apegados.
- ¿Y qué sucedió?
- Falleció, aun recuerdo ese día triste, ella estaba destrozada.
- ¿Qué hay de sus padres?
- No se llevan bien.