Mi estómago se revolvió y me levanté rápidamente de la cama para ir corriendo al baño, alcé la tapa del retrete y me arrodille delante de el para después de tres arcadas todo lo que había comido anoche terminara expulsada fuera de mí.
Sentí a alguien detrás mío y no hacía falta tirarme para saber quien era, ella agarro mi cabello mientras yo seguía vomitando hasta que no quedo nada.
Me levantó cuando bajo la manilla del inodoro haciendo que me desagradable vómito desaparezca, me llevó al lavabo donde me paso un poco de agua en su mano, tome para enjuagar mi boca, luego se encargo de cepillarme los dientes y después ella, nos duchamos.
Me vistió como siempre, con delicadeza y me cargó en sus brazos cuando ella también estaba lista, aparto el plato con tocino y huevos revueltos de mi para dejarme un tazón con ensalada de frutas que acaba de preparar.
- Será mejor.- se sentó a mi lado.- ¿Qué sucedió?...- tocó mi frente y la suya comprobando si tenía fiebre.
- Solo me dió ganas de vomitar, sentí que se me revolvía el estómago mientras dormía.
- ¿Te duele algo más?
- No, estoy bien.
- Si te sientes mal será mejor que no vayas al trabajo, dame tu celular.
- No.
- Sana dámelo.
- Dije que no, ahora ¿Dónde está Liz?
- Lavando mi ropa, dame el celular.
- Tzuyu estoy bien.
- No, no lo estás, acabas de vomitar.
- Solo un simple vómito de algo que me hizo daño anoche, tal vez comer rápido y irme a la cama después de tener un mal día porque una nueva chica se apareció en tú oficina.- de repente sentía enojó.- Iré por mi bolso.
- Aún no has terminado de comer.
- Se me fue el apetito.
- Sana sientate y come.
- Dije que no tengo hambre.
- Sana necesitas comer.
- ¡Que ya se me fue el puto apetito!
- ¡Ese lenguaje y que te sientes a comer!
- ¡Tú no me mandas!
- ¡Tan temprano y ya quieres discutir por una estupidez como comer!
- ¡Pues que tal si nos sentamos a hablar de aquella chica así no será una estupidez por la que discutiremos!
- ¡No tengo nada con ella!
- ¡Entonces que hacía en tu oficina!
- Solo quería fastidiarme.- se levantó poniéndose delante mío.
- ¡¿Por qué justo ahora aparecen esas chicas?! ¡Justo cuando estás conmigo!
- Ya dije que solo quieren fastidiar, ya pare de gritar o te lastimarse la garganta...
- ¡No mientas hay algo más y no me lo quieres decir! ¡Esas chicas no parecen solo un maldito polvo! ¡Y me siento insegura! ¡Y-yo no se si confiar en ti!...- ahora mis lágrimas empezaron a salir y ella se acercó a envolverme con sus brazos.
Llore en su pecho mientras me acariciaba la espalda y cabello dejando su labios presionado en mi coronilla,
Me senté a terminar mi desayuno y me disculpé con Liz por el griterío ya que apareció en la cocina preocupada mirándonos.