Estaba buscando mi zapatos pero tuve que agacharme para ver si estaba bajo la cama cuando encontré una pequeña caja al sacarla y abrirla corrí fuera de la habitación, baje las escaleras con la caja en mano cuando llegue a la cocina donde solo estaba mi esposa mostré el aparato.
- Por qué esto esta aquí? Se supone que lo botarías.- sacudí el vibrador en mi mano pero lo guarde rápidamente cuando vi a mi suegra y hija sentadas en los taburetes.
- Zhou minatozaki Tzuyu!.- me regaño mi esposa que estaba con su rostro completamente sonrojado.
- Vaya juguete...- hablo Amber pasando a la cocina.
- Dios ¿por que te casaste con ella?.- pregunto mi suegra mirando a su hija.
- Porque me ama, soy el amor de su vida y nadie puede restirse a mi.
- Vaya ego.- Amber no estaba a mi favor pero Mina si.
- Entiendo a mamá, tengo a muchos chicos que me han pedido salir.- mire rápidamente a Mina.
- ¿Como que muchos chicos se te han confesado? Quiero nombre y apellido de cada uno.
- En serió? Y tienes algún noviecito?.- me ignoraron.
- Querida Suegrita.- claramente se notaba el sarcasmo.- Mina es solo una pequeña de trece años y no puede tener un novio, eso esta prohibido hasta que cumpla los 30 así que le pido que no le dé consejos innecesario a mi cacao dos.
- No aún no tengo.- ignoró mi hija lo que acabó de decir.
- Y más te vale no tenerlo, Sana te espero en la habitación.
- Voy a llegar tarde a trabajo así que hablamos en la noche.
- Bien...- ella me miro con los ojos entrecerrado antes de que me vaya a la habitación y botara el consolador en dos fundas y saliera para botarlo a la basura ya que el carro pasaría en unos minutos.
- Cacaos buenos días.- di un beso a cada una en la cabeza intentando olvidar el incidente de hace un rato pero era imposible si las dos me miraban con una sonrisa burlona y mi suegra que no era de esperarse con enojo.
- Deberías tener más cuidado con los niños aquí Zhou, son pequeños para mostrar esas cosas.
- Esas niñas están más informada de lo que cree y ahora son pequeñas cuando hace un rato le estaba preguntando a Mina si tenía novio.
- No, es distinto.
- Claro que no, ahora los de su edad piensan en sexo y más después se emborrachan pensando que se verán cool primero los estudios y va para las dos.
- Apuesto que eres tu igual que a lo que describe.- Sana se sentó a mi lado y agarro mi mano dando una caricia, tal vez recordando lo que le conté aquella noche sobre mi pasado.
- No, no lo era, mis calificaciones eran buenas y hacía mi mayor esfuerzo para que mis padres lo notaran y recibir la misma atención que mi hermana pero no fue así, por ser diferente era alguien invisible para ellos.
- Lo siento.
- No pasa nada, no cuento mucho de mi pasado porque ahí esta y ahora solo me concentró en el hermoso presente y futuro que tengo a lado de las hermosas chicas a mi lado.
- Tus padres deben estar avergonzados ahora ya que les estas enseñando que tu eres lo que ellos no pudieron ser, una buena madre que apoya en lo que sea a sus hijas.
- Gracias suegrita, Sana pasame un pañuelo que voy a llorar por las lindas palabras de mi querida suegra.
- Tu nunca te tomas las cosas enserio.- todas se rieron incluso ella tenía una sonrisa en sus labios, si teníamos un amor odio.