Al despertar no encontré a Tzuyu a mi lado así que me levante rápido hasta que la vi tirada en el suelo, con la respiración agitada.
Mi corazón se detuvo por unos segundos al saber que se hizo daño tal vez intentando caminar por si sola lo cual si podía porque ayer no estaba tan débil.
- Dios Tzuyu ¿que sucedió? .— su cuerpo cubierto por agua, solo llevaba un boxer y un sostén deportivo.
- Tranquila...
- Debiste despertarme si querias ir a asearte, por suerte no te caíste en el baño, podías haberte dado un fuerte golpe en la cabeza.
- Sana solo estaba haciendo ejercicio, unas diez flexiones de pecho y 20 abdominales nada más, no es agua, es sudor.
- No puedes esperar dos días más al menos para que ya estés mejor.
- Pero si lo estoy.
- Ayer recién podías caminar y ya quieres hacer más cosas.
- Las vitaminas me hicieron bien ahora tranquila...- Dijo agarrando mis mejillas y aplastándola.
- Así decías que no la necesitabas.- aparté con cuidado sus manos.- Iré a asearme.
- Sana...
- ¿Qué?
- Me quedé sin muchas fuerzas para levantarme.
Rodeé los ojos y estire mi mano pero ella tenía otro plan, jalarme con fuerza para que cayera, cerré fuertemente mis ojos esperando el impacto con el suelo pero solo sentí el cuerpo caliente y no tan duro de Tzuyu haciendo que no sintiera ningún dolor.
- Nunca te haré daño recuerda, si yo te jalo nunca dejaría que tu hermoso cuerpo impactara con el suelo.
- ¿Por qué hiciste eso?
- Porque necesito a mi hermosa chica encima mío por unos minutos.
- No soy tu chica...- dije sentándome sobre su regazo sintiendo su duro miembro bajo mi centro.
- Seguimos enojada, cuando se te pasara.
- En serió crees que se me pasara así de la nada lo que hiciste.
- No hice nada.
- Que puta cínica eres.
- Ese lenguaje señorita Sana.
- Hablo como me da la gana.
Me iba a levantar pero me agarró con fuerza de las caderas.
- Quieres montarme.
- ¿Qué?
- Te dejaré llevar la riendas si dejas de estar enfadada, te dejaré hacer lo que quieras conmigo ahora, puedes tener todo el control del sexo pero si dejas de estar enojada.
Era una buena oferta pero que pasara después volverá a aquel lugar buscando una chica y teniendo sexo, no me gusta compartir, mucho menos saber que me es infiel frente a mis narices, ya soporte mucho con uno para soportar con otra, no me gustaba comparar a Tzuyu con Max pero si va por la infidelidad los dos son iguales.
Me incline hasta rozar sus labios y vi como una sonrisa victoriosa se formaba en estos, le mordí el inferior mientras movia mis caderas, ambas soltamos un leve gemido, antes de separarme un poco deposite un beso en la comisura.
- Has estado débil estos tres días y no he hecho nada que te hace pensar que ahora lo haré.
- Porque te estoy dando el permiso de que tengas sexo a tu antojo.