CAP 27

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Este capítulo está algo bueno... Si sabes a lo que me refiero 😏.

Narra Jerome

Ella era tan pequeña en mis brazos, recargada en mi pecho. Sus manos delgadas, frágiles y con esos dedos largos. Sus manos jugaban empujando sus dedos entre sí. Su camisa era blanca arrugada de una forma linda, las mangas llegaban hasta sus codos y dejaba ver sus brazos blancos. Su falda larga de color negro, era lisa y le llegaba a las pantorrillas; Ahora está sentada queda asoló un dedo de terminar la rodilla. A pesar de que sus atuendos son largos o no enseña casi nada, ella no deja de ser sexy. Sus zapatillas son negras, con un tacón bajo, esta niña es graciosa, siempre se queja por ser "bajita" pero no le gustan los zapatos altos. Su cabello está recogido en un moño con una trenza alrededor de él.  Su maquillaje es casi inexistente, solo se riza las pestañas y les echa máscara de pestañas. Se pone brillo en los labios y siempre es perfecta. Sus ojos verdes me ven mientras la veo fijamente. Sus pestañas largas llaman demasiado la atención en esos ojos.
En mi vida creí que hablaría así de una mujer. Ella causa esa sensación de relajación cuando veo que sonríe.

Pero ahora llora y sus ojos son rojos. Ella se siente mal porque yo me siento mal.  Ella siempre está de buen humor y ahora no. Confío en ella y se que no me lastimaría así, es tan buena que ayuda al santurrón  de Wayne. No de una forma que yo sea fan. Incluso la odio, pero no puedo matarlo o torturarlo estando aquí.

Mi caramelito estaba en mis brazos, esperando una respuesta sobre si aceptaré su disculpa. Le vi la cara y se mordía su labio mientras jugaba mi mano entre sus dedos. Sé que mueve mucho sus dedos cuando está nerviosa. Tocaba mis nudillos y los picaba con su dedo.

—Solo que no te toque. -dije agresivo-. No puede besarte, no puede tocarte debajo de la cintura ni por accidente, no te sentarás como ahora con él. Solo podrás tocarlo cuando sea absolutamente necesario. Dejarle muy en claro que solo finges que eres su novia. Que es maldita actuación. Y una muy importante Ana. Esta vez son celos posesivos. -la voltee a ver y me miraba fijamente, después aclare mi garganta y dije en tono posesivo-. Eres mía, yo soy tu novio, yo solo te puedo tocar cuando quiera y me lo permitas, yo puedo besarte y tocarte, el no. Eres mi chica. Mía, Ana Harris.

Ella me miró con una pequeña sonrisa, niña hipócrita. Se queja de que soy celoso, pero la conozco y sé que cuando lo soy, moja esas braguitas de encaje que lleva normalmente.  Su mirada se torna oscura y muerde su labio involuntariamente. Conozco a mi caramelito y sé que está excitada.

Tomo bruscamente su brazo y la acerco. Con una mano acarició su muslo. Me acerco a su oído y empiezo a acelerar mi respiración. Ví la piel de su cuello y se erizo totalmente. La mano que tengo en su muslo la bajo lentamente hasta el borde bajo de la falda, la tomó y la subo poco a poco. Cuando está a mitad de su muslo, veo sus piernas blancas, desnudas. Ella me mira y ya tenía rojo el labio de tanto morderlo. Meto lentamente mi mano. Ella da un pequeño salto y me dice en un susurro "Tienes las manos frías" le sonrió de lado y le guiño el ojo. Ella sigue mirando como mi mano sube por su muslo. Cuando llegó a su parte íntima ella me ve fijamente. Le sonrió y abrió un poco sus piernas. Me acerqué a su oído y le susurré: "Con que eso quieres he caramelito". Ella asintió lentamente. Toqué sus bragas y estaban mojadas. Ella me miraba. Yo me mordí el labio, hice la braga a un lado y sentí su coño y efectivamente estaba muy excitada. Todo estaba empapado. Me mordí más el labio. Toqué su entrada de forma lenta, después subí un poco mi mano y sentí sus labios también un poco mojados. Esta sensación es única y demasiado excitante. Pude sentir una erección en mi. Toque suavemente los labios, los abrí un poco y los masajee de forma lenta, me acerque cada vez más a su clítoris y dí un suave toque. Ella juntó las piernas de repente. La mire y tenía los ojos cerrados. "Mírame", ordene de forma ruda. "Abre bien las piernas" ella obedeció. Toqué su clítoris y le di leves masajes en círculos. Ella me mira a los ojos, estaba excitada, lo sé, sus ojos se movían para arriba con cada toque. Después de un suave masaje comencé con uno más rápido. Ella gimió muy bajo, casi inaudito. "No grites Ana". Ella asintió lentamente, dejándose llevar por el masaje rápido que le brindaba. Se acercó a mi cuello y respiraba rápido, gemía muy bajito, pero en mi oído es muy excitante. Pronto con dos dedos moví frenéticamente su clítoris, luego con tres los frote muy rápido de un lago a otro, ella suspiraba y gemía. Moví más rápido mi mano y sus piernas comenzaron a moverse, le dieron unos espasmos, su cabeza se enterró en el hueco de mi cuello de una forma brusca. Sus hombros tenían movimientos involuntarios. Moví más rápido mi mano. Mi muñeca se canso demasiado. Froté mis dedos más rápido y más rápido. Sus piernas se cruzaron, sus manos se hicieron puños y temblaban. Su respiración se aceleró. Mi muñeca estaba apunto de rendirse pero lo único que tenía mi cabeza para una motivación era llevar a esta chica al orgasmo, dió un leve grito. Y cuando menos lo espere me rasguño la mano que tenía libre. Sus piernas temblaron y se corrió en su ropa interior, también en mis dedos. Su pecho se movía salvajemente. Y su respiración se hizo complicada. Toqué su coño mojado y metí un dedo, sin previo aviso. Lo metí bruscamente, por la lubricación no le pasó nada, pero dió un leve grito. Metí otro dedo. Ella estaba aún escondida en el hueco de mi cuello. Solo podía sentir su respiración. Moví mi dedo rápidamente. Ella gemía y suspiraba. Mis dedos se movían de forma rápida. Adentro y afuera. Hasta que nuevamente ella tuvo un orgasmo. Llevé mis dedos a mi boca y los limpie muy bien. Ella respiraba rápidamente. Tome su barbilla, hice que me mirara. Tenía los ojos llorosos y las mejillas de un tono rosado. Su labio rojo por las mordidas que ella se daba.

—Ana eres tan linda así. -dije tomando su mejilla-.

—Gracias Jerome, tú siempre eres guapo. -dijo son su voz cansada-.

Me acerque a ella y la bese lentamente. Después de separarnos ella me miró a los ojos. Quedé perdido. No sé qué es lo que me pasa cuando estoy con ella. La quiero.
Lentamente ella tocó mis cicatrices con sus dedos suaves. Sonrió dulcemente y me dió un beso en la punta de la nariz.

—Se ven muy lindas, me gustan mucho. -dijo feliz-. Te quiero Jerome. Te quiero mucho.

Era muy diferente a veces anteriores, sentí calidez auténtica. Sentí pasión auténtica en esas palabras.

—Te quiero más Ana. -dije suavemente-. Más que nadie.

Ella me miró y después sonrió emocionada.

Ella miró un reloj de oro en su delgada muñeca.

—Lamentablemente es hora de partir. -dijo triste-. Pero como siempre volveré.

Asentí.
Ella me beso una última vez. Bajo su falda y se bajó de mi regazo. Se acomodo la falda y un poco la camisa.

Me volteó a ver y me sonrió. Abrió mi celda fácilmente y se retiró. Solo escuchaba sus tacones alejarse. De nuevo esta sensación de vacío.

ONE BAD DAY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora