CAP 29

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—Entonces ¿Decidiste dónde quieres ir de cumpleaños? Recuerda que es el mes siguiente. -dijo Oswald-. Por lo que cuentas tus amigos no te dejarán ni un minuto.

—Señor Cobblepot, no quiero ir a ningún lado. -dije algo insegura-. Jerome está algo inseguro sobre el hecho de que me vaya, digo yo lo entiendo, si estuviera encerrada y mi novio se fuera también tendría algo de inseguridad el que regresé. -dije con tono nervioso-.

—Vaya usted sí que tiene la empatía más grande que he visto. -dijo sonriendo-. Si que es una gran persona.

—Si bueno no tanto. -dije con vergüenza-. Le he mentido a casi todos. A mí nana le digo que me tengo que ir a algún lado cuando voy a Arkham, a Marcus mi chófer, le tengo que decir que tengo que visitar a un amigo no tan peligroso en Arkham y a la demás gente que Bruce Wayne a sido mi novio desde hace tiempo, una chica muy buena persona como usted lo dice, no, no lo soy.

Él asintió, supongo que entendió mi punto. Nos quedamos en silencio mientras caminábamos, siempre tuve la costumbre de tomar del brazo a alguien. Así caminamos en silencio. Oswald vagaba por las afueras de su nuevo club, el menciono que tenía una nueva atracción, esto es demasiado sospechoso. Hoy se inaugura, claro de invitado está el mismísimo Bruce Wayne y por obvias razones su novia.

Ha pasado un mes tranquilo, la "relación" con Bruce a sido muy buena, claro que sigue siendo una gran amistad, estoy totalmente decidida a estudiar psicología en la universidad. Mi padre habla de vez en cuando por teléfono, mi mejor amiga me ama tanto como yo a ella. Pero lo más importante, Jerome, con el va todo genial. Claro la rutina es la misma, voy a Arkham, tenemos contacto y nos despedimos. Pero lo que yo sé, es que estoy enamorada. Aún no se lo confieso, pero será luego. Aún que no todo es color de rosa en mi vida. Si algo he aprendido de mi vida es que cuando todo está bien, siempre llegará algo a acabar con esa perfección. Por ejemplo, mis fieles compañeros me quieren llevar de viaje por mi cumpleaños 20, pero yo quiero estar aquí para ese día visitar a Jerome. Pero ellos son muy tercos, como dicen en México "Son más tercos que una mula", no se que tan terca sea una mula, pero ellos definitivamente lo son.

—¿Entonces ayer como le fue con el alcalde? -pregunte amablemente-.

—Ha aceptado la paz pingüina. -dijo orgulloso-. Esto me beneficia demasiado Ana.

—Eso me alegra tanto. -dije orgullosa-. Es genial supongo.

—Ana no pareces convencida. -dijo molesto-. ¡¿Qué demonios pasa?!

—¡Hey! Cálmese. -dije en defensa-. Disculpe el supongo lo dije sin pensar. Usted a logrado mucho y lo admiro, pero es algo temperamental.

—Lo siento Ana. -dijo apenado-. ¿Vendrás más tarde?

—Pero claro. -dije también cambiando de tema-. Es la inauguración de su club no me lo perdería por nada, a parte que mi noviecito vendrá y tengo que acompañarlo.

El asintió y sonrió. Después me llevo a la puerta de mi auto. Estaba pensando tranquila y de pronto alguien gritó "buuu" en la parte de atrás de mi asiento. Sentí mi piel erizarse y di un salto.

—Te ves graciosa asustada. -dijo con una sonrisa de oreja a oreja-. Muy muy gracioso.

—¡Diana Mendoza! -dije molesta-. Que bromista eres. Y tú Marcus, dejando que esta niña me haga estas bromas, son unos cómplices.

Ella soltó una risita y dejó colgar sus brazos en el respaldo del asiento.
Después de reír Marcus subió el vidrio oscuro.

—Jaja quien iba a imaginar que tú serías la amiga del famoso pingüino. -menciono en broma-.

ONE BAD DAY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora