NAVIDAD

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Navidad olvidada

—Señores Galindo ¿Cómo se festejará está navidad?— preguntó una de las señoras de limpieza.

—Será enorme, habrá pavo y lomo, que sea excelente por favor, vendrán todos los del pueblo— dijo mi señora.

Cada año durante 20 años mi esposa la señora de Galindo, festeja navidad en grande. Invita a cada una de las familias del pueblo. Sin importar que y por qué.

Caminamos un rato tomados de la mano. Hace una semana cumplimos 20 años juntos. Ella me sonrió. Me encanta ver feliz a esta mujer. Es por esa misma razón que apoyó esta festividad. Regala dulces y juguetes.

—Imagina la cara de los niños, sus juguetes este año serán chulisimos— dijo como una niña emocionada.

—Seran muy felices por tu amabilidad, de verdad te mereces el cielo amor mío— dije y le bese la mano.

Ella sonrió, pero pronto comenzó a toser muy fuerte. Ella perdió el aire. Soltó mi mano y casi caí al piso. Me preocupe tanto. Llame a un capataz que me ayudó a llevarla adentro. Rápido mi ama de llaves llamo al doctor. Mi mujer estaba mal. El doctor llegó en menos de una hora. Casi pierdo la paciencia. Me dijo que esperara a fuera.

—Señor Galindo lo siento pero la señora… —Dijo el doctor triste.

Hoy 25 de diciembre, la fecha favorita de mi esposa. Es el día en que la estoy enterrando. El panteón está lleno de gente. Hace apenas cinco días hablábamos de la navidad y exactamente está fecha es el día en que me despido de ella. La vi morir en la madrugada. Vi que el amor de mi vida dió su último suspiro. Hoy maldito 25 de diciembre. El amor de mi vida se fue. Terminando el entierro. Me quedé a ver la tumba. Mis lágrimas no salen. Mis emociones no funcionan. Mi corazón es seguro que no volverá a ser igual.

—Pues… señora Galindo—Dije sin sentir nada. —Feliz navidad.

Camine fuera del panteón. La gente estaba triste. Para lo que quiero ver a esas personas.

—Señor Galindo, la cena de hoy debe ser especial en memoria de su señora— dijo una anciana.

La mire con toda la seriedad que nunca tuve.

—No habrá cena este año— dije molesto. —Es más— Alcé la voz
—No habrá cena ni nada este año, ni los siguientes—.

Subí rápido a mi auto. Mi chofer manejo hasta la casa.

—Quiero a todos fuera de casa ahora— dije molesto. —Y quiten las malditas decoraciones.

Me adentre en la casa. Las señoras estaban preparando la mesa.

—¡Quiten todo esto de aquí!—grite.

Ella se asustaron.

—Llevense todo, no quiero ver nada de esto. Ni siquiera a ustedes, largo— dije molesto.

Entre a mi despacho. Vi el árbol que hace días mi mujer decoró.
Tome el maldito árbol y lo avente a la chimenea. Vi como se quemaba. Me senté en el escritorio, tome el whisky y comence a beber.

ONE BAD DAY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora