Capítulo 15

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Buen sábado zorritos!

Lamento el retraso en subir cap, pero temo hoy ando en uno de mis bajones anímicos y bastante esfuerzo fue levantarme a hacer algo. Es agotador luchar contra la sensación de que sin importar lo que haces, nunca es suficiente para los  demás. 

Espero lo disfruten de todos modos!

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al  final!

Xoxo,

Sofi

***

¿Qué había hecho?

Ella lo había atacado con un cuchillo, y Anton solo había pensando en que no deseaba morir. Lo único que había querido había sido alejarla. Salvarse. El miedo había sido más fuerte. Key jamás le haría daño. ¿Y quién cuidaría de Pip sin ellos dos? Solo había pensando en alejarla, no en desgarrar su cuerpo. No había creído que le afectaría. Pero la magia la había empujado con demasiada fuerza, y él había visto el corte a un lado, como si alguien hubiera intentado partirla en dos. Como si hubieran tirado de su cintura en dos direcciones distintas.

No creía alguna vez recuperarse de aquello. Le había hecho daño, incluso cuando nunca lo había deseado. Nix había peleado con ella sin causarle el mínimo rasguño, y él casi la había matado en un ataque de pánico. ¿En qué clase de monstruo lo convertía aquello? Key lo había cuidado y educado por años, y él casi la había matado a la primera duda.

Intentó alejar los oscuros pensamientos. Pero de pronto lastimarse parecía una solución evidente. No para usar magia, sino porque se lo merecía. Por casi matar a Key, por haberla herido de un modo tan grave, por solo ser una carga para Nix. ¿Cómo se lo hubiera explicado a su hermana? ¿Pip siquiera lo hubiera perdonado si le hubiera costado la vida a Key?

No pudo dormir, porque el mundo era cruel y no debería estar vivo. Todo era frío, y oscuro, y él era el monstruo en todos los cuentos de terror para niños. Tenía que hacer algo. A Dune no le importaba, y no podía esperar que Nix se encargara siempre de todo. Key era su familia. Se lo debía, al menos el intentarlo.

Regresó a la sala de antes. La luz seguía siendo igual de mala, como si el mundo estuviera atrapado en un eterno crepúsculo. El no poder medir el paso del tiempo comenzaba a molestarle. ¿Cuánto llevaban allí? ¿Horas? ¿Días?

Nix estaba sentado en una silla, tan quieto como para que Anton creyera que estaba durmiendo. Key definitivamente lo estaba, recostada contra un muro, atada de pies y manos. Nada se encontraba bien con esa imagen, y aun así él sabía que no podían hacer otra cosa. Ella había ido por su cuello apenas había tenido la oportunidad.

—¿Qué haces? —Anton hizo una mueca tan pronto como puso un pie dentro y escuchó la voz baja de Nix.

—Puedo vigilarla por un rato, así descansas bien —dijo él.

—Eso ni lo pienses.

—Ya sé que no tengo que acercarme ni escucharla —protestó Anton—. Aprendí la lección.

—Lo dudo.

—Dune está sangrando de nuevo —dijo Anton, y era en parte verdad—. No sé qué hacer. No creo que resista si no cicatrizamos su herida, y sé que le necesitamos para abrir el cruce.

Nix guardó silencio un rato, pero terminó por ponerse de pie de mala gana. Le advirtió sobre que no hiciera nada estúpido, antes de decirle que solo la vigilara en lo que volvía. Anton respondió obedientemente, esperando que él confundiera el nervioso latido de su corazón por su habitual estado alterado. Le había tomado tiempo notarlo, pero Nix podía saber si otro mentía por el tono de su voz.

El ladrón de mundos (trilogía ladrones #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora