Feliz sábado, zorritos!
Si a este ritmo logro terminar ELDM antes del 2022, seré feliz. Honestamente no he tenido tiempo de escribir este mes, lo cual me frustra mucho y provoca síndrome de abstinencia, pero espero poder recuperar mi ritmo habitual pronto. Ni siquiera he tenido tiempo de estar en redes. Demasiadas cosas sucediendo en mi vida, pero no duden en que leo todos los comentarios que me llegan por aquí. Espero pronto poder volver a estar tan activa como intento estar.
Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final del cap!
¿Y qué es lo que más les gustó de la historia hasta el momento?
Xoxo,
Sofi
***
Cayó sobre sus manos, su respiración demasiado agitada luego de tanto esfuerzo. Luego de lo que había presenciado. Intentó no pensar en el horror en los ojos de Fei, la niña tan segura de su final. Ella lo había sabido. Tenía que haberlo sabido, porque nada más explicaría su pánico durante esos últimos momentos. Y lo que Key había hecho...
Levantó la cabeza enseguida al pensar en ella. Dune se encontraba a su lado, sosteniendo una mano contra su vientre. Más y más brujos no dejaban de aparecer a través del túnel de sangre que él había abierto, y Anton sintió el pánico comenzar a cerrar su garganta al solo ver de su tipo. No. No podía haberse equivocado. No podía haberla dejado atrás de nuevo, sola y a su suerte.
Se puso de pie, intentando mantener el control sobre su respiración. Pero el mundo era demasiado pequeño y el aire no resultaba suficiente y el suelo no era estable y las paredes se cerraban a su alrededor. Calma. Necesitaba calmarse. Pero había corrido por esos pasillos ya una vez, y entonces todo había sido fuego y muerte. Y no había querido, en serio no había querido, pero...
Alguien tosió. Anton distinguió el blanco cabello entre toda la multitud, y el puño alrededor de su corazón se aflojó por completo. Ella se enderezó de donde se encontraba, arrancándose el pañuelo de su rostro y limpiando la sangre manchando sus labios. Lucía molesta, algo que Anton hubiera creído de no haber notado la fuerza con la que aferraba su naginata.
La sangre fresca seguía manchando la cuchilla, y Key parecía demasiado concentrada en ignorarlo. No había emoción alguna en su expresión, solo la fría calma y aceptación de una agente. Una reguladora de asuntos mágicos, entrenada toda su vida para lidiar con magia y neutralizar brujos si era necesario. Y por un instante, Anton llegó a temer que todos los cuentos de terror sobre los humanos exterminándolos pudieran ser reales. Ella en serio lucía como algo que temer, cubierta de sangre y con su helada mirada.
—Entonces decidiste pelear —murmuró Key y Anton tragó en seco.
¿Lo había hecho? Los demás brujos ya se estaban organizando, y Dune había asesinado a dos guardias que los habían visto apenas habían llegado. ¿Cómo siquiera el resto lograba matar con tanta facilidad? ¿Cómo la fría humana frente a él era la misma que solía reprenderlo por estar despeinado y sonreía al preparar el desayuno?
—Yo no... —él dudó un instante, antes de juntar valor y ponerse firme—. Solo larguémonos de aquí de una vez.
Un último intento. Fuera matar a Kira o llegar al cruce, cualquier opción sería una victoria y valía la pena intentarlo. Si el tiempo estaba corriendo, si la joven frente a él estaba condenada por la magia, si cada instante allí era arriesgarse a perder poder entre tanta miseria y hambre, entonces al menos debían intentarlo. Era el único modo de lograr regresar con Pip. De salvar a Key. De olvidarse de aquella pesadilla.
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El ladrón de mundos (trilogía ladrones #3)
FantasyExisten seis reglas necesarias para mantener el equilibrio: 1. Ningún humano debe experimentar con magia. 2. La sangre real no debe ser derramada. 3. No besado por la luz ni abrazado por la oscuridad debe morir de otro modo que el natural. 4. Más cr...