Capítulo 37

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Feliz sábado, zorritos!

Recuerden que solo quedan unas cuantas horas para participar del Siriconcurso en instagram. Háganme pasar un buen rato leyendo sus ocurrencias, y ganen premios en el proceso, yeayyy!

Por otra parte, ando un poco desanimada considerando que llevo un año escribiendo esta historia y todavía no la termino. Nunca antes un libro me había tomado tanto. Solo espero que valga la pena y esté a la altura de lo que deseo.

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final!

Xoxo,

Sofi

***

¿Qué había hecho? Matar a Anisha, atacar a un sinfín de inocentes, intentar asesinar a Anton, herir a Nix... Había jurado vivir con honor, o morir defendiéndolo, y no había cumplido con ninguno de los dos. ¿Qué pensarían sus padres de ella? Que había sobrevivido. ¿Pero a qué costo? ¿Cuándo la vida de uno mismo valía más que lo que hacía con esta?

Intentó no pensar en nada de ello, porque sino estaba segura que tendría otro ataque. Y no estaba en una situación como para permitirse tal lujo. ¿Cuándo todo había empeorado tanto? Key intentó mantener la calma, incluso cuando sentía que ni siquiera podía controlar el temblor en sus manos. Era un monstruo, y aun peor, había hecho cosas monstruosas. ¿Entonces cómo regresar al clan? ¿Cómo decir que era una agente, cuyo deber era mantener la paz entre brujos y humanos y cuidarlos a todos, cuando había tanta sangre inocente en sus manos?

Siguió caminando, rápido, porque temía que si se detenía ya no pudiera continuar. Quería gritar y tirar de su cabello y preguntarse cómo había sido posible. ¿Cómo su cuerpo podía haber hecho semejantes crímenes? ¿Cómo su mente podía haberla traicionado tanto? No había sido ella, pero eso no cambiaba que hubieran sido sus manos. ¿Entonces cómo proteger, cuando solo había dejado cuerpos y sangre a su paso?

Había hecho su mejor intento por mostrarse estable frente a Anton, incluso cuando ni ella sabía cómo haría para sacarlos de allí. Había cerrado por completo la frontera, destruido cada pequeño agujero por el que uno pudiera escaparse. Sabía dónde estaba la única posible salida que quedaba, y también lo suicida que intentar acercarse sería. No podía permitirlo. Incluso si Kira jamás podría controlar a Anton, sería volver a darle la llave. Habría matado a Anisha en vano.

¡Y a Nana nunca se le había ocurrido mencionar que la había dejado a cargo del legítimo heredero de Ashdown!

Le gustaría decir que le sorprendía de esa mujer, pero no sería cierto. Por supuesto que ella habría estado involucrada en algo similar, y habría callado. Y de pronto todo tenía sentido. La falta de documentación sobre Anton y Pip, la obsesión de Nana por mantenerlos en secreto, el pánico de Anton por salir a la calle... Pobre príncipe, odiado por su título y por la fama de su familia, culpado por el fracaso de su padre y juzgado por su magia, despreciados por todos, sobre todo él mismo.

¿Habría hecho ella algo para ayudarlo a que su carga fuera menos pesada, o tan solo lo había hundido más? Key suspiró, agregando otro punto a su lista de errores. Nana siempre la había reprendido de niña con que su vida no era más dura que la de ningún otro, porque solo uno mismo sabía por lo que había pasado y con el dolor que cargaba. Desearía haber comprendido mejor el silencio de Anton.

¿Qué otros errores podía haber cometido?

Iron la interceptó en el corredor antes que pudiera seguir adelante. La tomó por los hombros y empujó contra el muro. Key tomó su estilete por instinto, la punta descansado contra el pequeño espacio entre sus clavículas. Sería cuestión de un solo movimiento para acabar con él, sus manos demasiado acostumbradas a matar, su cuerpo tan habituado a la constante amenaza de ese mundo.

El ladrón de mundos (trilogía ladrones #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora