Un gran padre

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Se suponía que sería una noche tranquila, común como todas las demás.

1:00 am

Una vez que Levi terminó de revisar los últimos detalles de su trabajo, salió de su estudio frotando sus ojos con una mano, debido al cansancio. Cerró la puerta despacio, procurando no hacer ruido. Camino por el pasillo, a través de las habitaciones hasta llegar a la que compartía con ____.

Abrió la puerta con el mismo cuidado de no hacer ruido y la cerro una vez entró. Se acercó a la cama y levanto las cobijas del lado izquierdo para poder acostarse.

____ se había quedado dormida, con un libro a su lado. Seguramente lo estuvo esperando, pero al final el cansancio la derrotó y terminó dormida.

Levi tomó el libro que estaba entre sus manos y lo colocó en la mesa a su lado. Se acomodó entre las cobijas y dejó un beso en la frente de su esposa antes de dormir.

El sueño de ____ se vio interrumpido por esa dulce acción. Removiendose en su lugar, término por abrir lentamente los ojos, encontrándose a Levi finalmente a su lado.

—¿Terminaste tu trabajo? —susurró su pregunta con una voz afectada por el sueño

—Sí, lamento despertarte

____ negó en silencio con su cabeza, le regalo una sonrisa para que no se preocupará y se acercó hasta su pecho. Levi entendió perfectamente lo que buscaba, abrió sus brazos y la sostuvo en un abrazo cálido.

—Buenas noches Levi

—Descansa mocosa

3:00 am

Debido al sueño tan ligero que ____ tenía, los pequeños sonidos que se escuchaban en el silencio de la noche la hicieron despertar. Se escuchaban como pequeños quejidos y sollozos muy débiles. Algo en ella se preocupó, así que se separó de los brazos de Levi con sutileza para no despertarlo. Sabía que él no podía dormir muy bien por las noches y no quería interrumpir el momento en que lograba descansar y dormir profundamente. Para suerte suya, Levi no se despertó y pudo salir de sus brazos con facilidad. Se colocó sus pantuflas y tomó su bata para salir al pasillo.

Siguiendo el sonido de los sollozos, llegó hasta la habitación de su pequeño hijo. Abrió la puerta sin dudar, encontrando al pequeño de seis años sentado en su cama sosteniendo su estómago.

—M-mamá... —la débil voz de su hijo la llamó en cuanto la vio. Extendió sus brazos para que ella lo abrazara y así lo hizo

—¿Que pasá cariño? ¿Que tienes? —____ se sentó en la orilla de la cama, sosteniendo a su hijo a la vez que buscaba algo que le indicara lo que sucedía

—M-me duele

La voz del pequeño se quebró y de sus ojos salían sin parar las lágrimas. ____ se preocupó aún más. Normalmente su hijo no solía quejarse cuando se sentía mal, claro que pasaba esos días en cama y dormía la mayor parte del tiempo, pero jamás lo había visto llorar cuando enfermaba.

Tuvo que apartar por un momento al pequeño azabache, que no quería alejarse de ella. Se apresuró a poner su mano en la frente del niño, sintiendo su temperatura elevada.

—Tranquilo cariño, voy a ir por el termómetro y regresó enseguida —con dificultad porque el pequeño no la soltaba, se puso de pie—. Acuestate y no te muevas, no tardo

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora