𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤

Cartas a un enamorado

Segunda parte de:

Cartas a un desconocido

«Hola, Levi»

Sus labios adoptaron la forma de una media luna con tan solo leer las primeras dos palabras de la carta que observaba mientras caminaba a la sala. Después de dos meses las cartas de ____ volvieron a llegar a la puerta de su casa, entregadas puntual y servicialmente por Armin. No pensó que su cuerpo reaccionaría de la forma en que lo hizo, abriendo el sobre y la hoja tan rápido que el papel crujió entre sus dedos; sonriendo y anticipando con sumo interés lo que ella tenía que contarle.

Tomó asiento frente a la fogata, escuchando el sonido de la leña quemándose bajo el fuego, y continuó leyendo las palabras trazadas suavemente con una hermosa letra cursiva.

«Ha pasado un tiempo, lamentó haber tardado tanto en volver a escribir»

—No tienes nada que lamentar —susurró, creyendo que su respuesta sería oída por ella

«¿Cómo has estado? ¿Qué tal la vida en el pueblo? Desde que regrese a la ciudad no he dejado de extrañar los campos verdes y coloridos por las flores, el cielo azul despejado, el silencio que solo lo rompe la brisa del viento y, por supuesto, a ti»

Aclaró su garganta ante la repentina incomodidad. No era una incomodidad mala, sino, más bien, una mediante la cual expresaba las sensaciones que no conseguía reconocer. Sintió que el fuego de la chimenea se incrustó en su pecho envolviendo su cuerpo entero.

—Yo también te extraño —confesó en voz baja

«He querido agradecerte tanto lo que hiciste por mí esa noche, de verdad me ayudaste. Gracias, muchas gracias»

Negó en silencio creyendo que no merecía ningún agradecimiento por algo que hizo desinteresadamente.

«Las pesadillas se han detenido, finalmente puedo dormir sin temor. Ahora, cuando recuerdo el pasado mis ojos no derraman lágrimas, mi boca sonríe y mi corazón late de alegría, ¿eso significa que estoy mejorando?»

—Claro que si

«Espero que esta tranquilidad no sea momentánea, aunque, si es así, no dejaré de agradecerte este tiempo que puedo disfrutar gracias a ti.

Volveré a escribirte, Levi. Esperare tu respuesta emocionada por intercambiar cartas contigo.

Te quiero y te extraño.

Atte: ____»

Releyó la carta al menos tres veces más imaginando la postura de ____ al escribirla, el brillo de sus ojos, la sonrisa que adornaría sus labios. Escuchaba su voz en cada línea, veía su silueta sentada frente a él conversando alegremente. Consiguió memorizarla y repetirla en su mente con los ojos cerrados, recostado en el sillón individual mientras el fuego continuaba calcinando la leña.

Apresurado, subió al segundo piso dirigiéndose al cuarto donde trabajaba por las tardes. Sacó papel y pluma de los cajones del escritorio listo para responder.

«Hola, ____.

Realmente ha pasado tiempo desde que recibí una carta tuya, es bueno saber de ti otra vez. Descuida, no tienes porque disculparte. Al contrario, me alegra que pensaras en enviarme una carta»

Acomodo su posición en la silla, pensando lo siguiente que escribió.

«He estado bien, trabajando. No hay mucho que contar, en este pueblo tranquilo no suelen ocurrir grandes sucesos.