𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤

El chico del tren

El frío glaciar del invierno causaba que ____ se acurrucara entre su abrigo, acomodará su bufanda café alrededor de su cuello y escondiera las manos en las bolsas laterales del abrigo. Aun así, el frío parecía intensificarse con cada minuto que pasaba de pie en la estación de tren. Su pie derecho se movía rítmicamente en señal de desesperación.

—Que frío —expresó a punto de congelarse

Buscando entrar en calor camino de un lado a otro en la estación, esperando ansiosa el tren. La noche se oscurecía más y los copos de nieve comenzaban a caer en las vías, advirtiendo que se acercaba una fuerte nevada. ____ se asomó cuidadosamente a las vías, esperando divisar alguna señal del tren. Nada.

—Agh, no vuelvo a salir tan tarde del trabajo —se reclamó molesta

Diez treinta de la noche. Su jornada generalmente concluía a las siete en punto, pero ese día había decidido quedarse un par de horas más con el propósito de obtener un mayor ingreso que definitivamente necesitaba. ____ negó en repetidas ocasiones con un movimiento de cabeza, regañándose a sí misma por haber sobrepasado el tiempo que estimó quedarse en la oficina. Finalmente, mientras daba la espalda a las vías, escuchó el sonido del tren aproximándose. Se apresuró de regreso a una distancia prudente del borde y aguardó a que el vagón estuviese en alto total, las puertas se abrieran y pudiera ingresar.

Debido a que ella era la única esperando en la estación el tren cerró las puertas casi de inmediato y se puso en marcha. Tuvo que mantener el equilibrio sujetando uno de los tubos verticales, acomodó su bolso cruzado y recorrió el estrecho pasillo en busca de un buen asiento. El tren estaba más vacío de lo usual, tanto que se sintió en un escenario de película de terror, solo faltaba que las luces se apagaran desde el fondo hasta su posición. En medio de su búsqueda notó la presencia de otra persona que descansaba en uno de los asientos pegados a la ventana, envuelto en un chamarra café.

____ tragó en seco cuestionándose que tan buena idea sería tomar asiento en el mismo lugar. Lo observó otro par de segundos que le sirvieron para darse cuenta de que el chico parecía estar durmiendo. Nuevamente recorrió los asientos del tren con la mirada y tomó la decisión de sentarse en el asiento frente al pasajero.

«—Solo serán seis estaciones —pensó—. Si veo algún indicio de amenaza me cambiare de sitio»

Continuó el viaje en tren atravesando dos estaciones en las cuales varias personas subieron, ayudándola a sentirse menos preocupada. Durante el trayecto a la siguiente estación tres personas bajaron y cinco más subieron. Ahora el tren conservaba a diez pasajeros, contándola a ella.

Al mirar al frente se dio cuenta de que el chico había despertado en cierto punto del viaje. Cruzó miradas con él por escasos dos segundos antes de evadirlo viendo a través de la ventana. Los copos de nieve continuaban cayendo, tornando el paisaje en un hermoso blanco que cubría las hojas de los árboles. La ventana se empañó debido al frío, formando escarcha en cada esquina.