La silla metálica en que estaba sentado era tan incómoda, aunque se moviera tratando de acomodarse ninguna posición hacia que ese asiento fuera menos incómodo. Pero eso no le importaba en absoluto, ni la silla metálica, ni el ruido de archiveros siendo abiertos y cerrados constantemente, ni las personas que pasaban de un lado a otro, mucho menos el ambiente tan lúgubre en el que se encontraba metido.
No podía pensar en nada más que en ellos.
—Señor Ackerman —la recepcionista que lo había mandado a esperar a aquella silla, finalmente le hablaba. Con un tono de voz cansado y sin dignarse a separar el teléfono de su oído cuando lo llamó—. Pase a la oficina al final del pasillo
Él no dijo nada, ninguna palabra de agradecimiento o afirmación. Colocó sus manos sobre sus rodillas, tomando así impulso para ponerse de pie. Sus piernas se lo agradecieron, en general todo su cuerpo. Luego de tanto tiempo sentado sus piernas estaban un poco entumecidas.
Camino por el pasillo que la mujer señalo, un pasillo casi oscuro, donde la luz del único foco parpadeaba. Su cuerpo estaba frío, no tuvo tiempo de tomar alguna chamarra, y sus pies parecían casi congelados, agradecía moverlos antes de que dejara de sentirlos. Se sentía ansioso, nervioso con cada paso que daba y su instinto cada vez le decía que todo iba mal. No dejaba de sentir ese mal presentimiento, que comenzó desde esa hora de la tarde.
7:00 pm
Sabía que algo andaba mal. Lo supo desde la última llamada que tuvo con ____. Su instinto no dejaba de mandarle una advertencia de que siguiera insistiendo en marcar a su teléfono, que no se detuviera, ni siquiera después de decenas de llamadas sin contestar por parte de ella.
—Maldición ____, responde —el teléfono sonaba en su oído, hasta que después de tres tonos el buzón de voz entró
Estuvo a nada de arrojarlo contra la pared más cercana, afortunadamente alcanzó a detenerse antes de hacerlo, apretó el teléfono con fuerza y bajo su mano lentamente. No se rindió, volvió a marcar el número de su esposa, pero el resultado fue el mismo.
Quería convencerse de que todo estaría bien. Tal vez ella solo olvido cargar el teléfono, o aún se encontraban en casa de sus suegros y su hijo puso resistencia para irse y por ello su regreso tardaba más de lo que ella le dijo. Fue raro para él, llegar del trabajo y encontrarse la casa vacía, normalmente al abrir la puerta su hijo corría a recibirlo con una enorme sonrisa y ____ le daba un beso de bienvenida, mientras le preguntaba como había estado su día.
Escuchar el silencio de la casa, ver la oscuridad en el interior hasta que él prendía la luz y sentir esa soledad rodeandolo, le hacia recordar momentos de su pasado que no deseaba revivir. Como los días que pasó viviendo solo, en una rutina constante, pero todo eso término cuando ____ apareció en su vida y más cuando su segundo motivo para seguir luchando en la vida llegó al mundo. Que no estuvieran en casa le hizo sentir una sensación extraña en el pecho.
Intento esperarlos un rato, a pesar de la hora que pasó ellos no llegaron. Ahí fue donde todo comenzó. Las llamadas repetidas, sin dejar espacio entre cada una, las caminatas de lado a lado pensando en las opciones posibles, los pensamientos malos que querían tomar lugar en su mente, su instinto diciéndole que algo estaba mal.
Se detuvo por unos segundos en su insistencia con el teléfono, recargo sus manos en el borde de la mesa en la cocina y se tomó ese tiempo para respirar. Su momento de calma se vio interrumpido por el sonido de su teléfono, el cual sonó en su mano derecha, logrando sorprenderlo. No se demoró en contestar y atendió la llamada tras el segundo tono.
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𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤
FanfictionDe todo un poco en esta serie de one shots de Levi Ackerman y ____. 🥇No. 1 en leviackerman (23/10/21 - 24/10/21) 🥇No. 1 en ackerman (03/11/22) 🥇No. 1 en levixreader (29/12/22 - 30/12/22) (1/03/23 -02/03/23)