Te extraño

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Inspirado en la canción "Te extraño de Mijares"

"No necesito para verte ir tan lejosNi tampoco para hablarte oír tu vozCierro los ojos y al instante estas aquíTe veo tan feliz, la calma vuelve a mi"

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"No necesito para verte ir tan lejos
Ni tampoco para hablarte oír tu voz
Cierro los ojos y al instante estas aquí
Te veo tan feliz, la calma vuelve a mi"

Caminaba por el campo de entrenamiento bajo la noche fría. La luz de la luna iluminaba apenas lo necesario para ayudarme a no tropezar y observar el camino que seguía, adentrándome hacia el bosque.

—Levi —escuché mi nombre a mis espaldas

Detuve mi andar dejando a la mitad el paso que daría, no volteé a verla, simplemente espere a que dijera lo que fuese a decir.

—¿Estás bien?

Quise soltar una carcajada ante tal pregunta. Me limite a asentir diciendo que si.

—¿Quieres que te acompañé? Se que es difícil, para mí también lo sigue siendo. Ella era mi amiga, la mejor

No respondí. Me mantuve con las manos metidas en las bolsas del pantalón.

El aire frío que anunciaba la llegada del invierno ondeó mi capa verde de la legión. El equipo de maniobras produjo el característico ruido del metal chocando entre sí. Llenó el silencio en que nos sumergimos por minutos.

—No he podido ir a visitarla, no puedo —confesó con voz entrecortada—. Es muy duro hacerlo. No sé como puedes pararte ahí y esperar a que amanezca...

—Hange

Detuve sus palabras al llamarla. Giré lo suficiente para observarla y decirle:

—No me quedo esperando a que amanezca —aclaré antes de retomar mi camino—. Me quedo esperando a despertar de esta pesadilla porque aún no concibo que ya no esté conmigo

Me adentre en el bosque donde se realizaban los entrenamientos con el equipo. Avance sin prisa sabiendo que aún faltaba para que la noche terminará y gracias al insomnio que me atacaba no requería dormir.

Llegando al final del bosque me topé con el borde de la muralla, saqué los controles del equipo activando los ganchos que se clavaron en el muro y subí a la cima impulsado por el gas. Una vez arriba guarde de nuevo los controles a los costados del arnés.

Tomé asiento en la orilla del borde exterior, observaba el lejano horizonte dominado por la oscuridad, luciendo como un abismo. Mire hacia abajo de la muralla encontrándome con otro abismo igual de oscuro. Cuando tú te fuiste me sumergí en eso, en un abismo que superaba en profundidad y oscuridad a lo otros dos... El dolor.

𝕆𝕟𝕖 𝕊𝕙𝕠𝕥𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora