El chico araña (Peter Parker y tú) [TERMINADA] ✓

Testamento: ¿Qué ocurre?

Ya está a un capítulo más de terminar esta historia, ¿Listas? Vamos a llorar como no tienen una idea. Las te tqmmm.

||•|| _____ Stark ||•||

La misma actitud extraña de papá siguió por días más. No salía de su oficina o por el contrario, pasaba todo el día fuera de casa haciendo trámites. Aunque esos "trámites" no les daba un nombre con exactitud.

Esa mañana regresé del colegio. Pude mirar aparcado en el jardín un Lamborghini veneno en color negro mate que no había visto antes. Dejé el Ford deportivo aparcado un poco más al fondo del jardín. Tomé mi mochila y salí del coche en dirección al interior de casa.

Wade estaba como siempre con Pancho mirando televisión en la sala.

—Hola S.J —habló Wade.

—Hola, ¿Y ese coche? —pregunté.

—Es mi nuevo coche.

—Claro, ¿En qué momento me rio? Papá ni loco te soltaría un coche como ese —negué yendo a cargar a Pancho que de inmediato se acomodó en mi brazo derecho.

—Qué poca madre y poca fe me tienes —Wade se hizo el ofendido—, tu padre está en su taller con un señor de traje. Llevan como unas tres horas ahí.

— ¿Y no sabes quién es?

— ¿Acaso crees que no tengo nada mejor que espiar a tu padre?

—Por favor, idiota —reí—, ¿Qué otra cosa haces a parte de tener tu jodido trasero pegado al sillón viendo My little ponny?

— ¡No es todo lo que hago en el día!

—No, y realmente no me interesa saber la mierda que hagas —respondí antes de subir a mi habitación.

Iba a ir hacia mi habitación cuando miré a papá salir con aquél hombre. Era Ashton Miller, el abogado de papá.

—Bien, mantenme informado cuando todo lo que te pedí esté en orden.

—Sí, así será, señor Stark —papá lo acompañó a la puerta y sólo me quedé en las escaleras hasta que lo vi volver a entrar.

— ¿Y tú qué? —me preguntó—, ¿Piensas estar todo el día ahí?

—Tal vez. ¿Qué hacía el señor "nadie me gana" en casa?, ¿Otro citatorio del juzgado?

—No, no esta vez, creo...

—Bien —asentí—, ¿Entonces?

—Oh, ya sabes, sólo unos arreglos con una nueva propiedad. Movimientos por aquí y por allá y...

— ¿Mataste a alguien? —pregunté ahora más intrigada que antes.

— ¿Qué? Claro que no, ¿De dónde sacas eso? Sólo estoy haciendo negocios.

—En casa.

—Sí, en casa, ¿Acaso ahora debo hacerlos en la calle? Creí que al comprar una casa tenía derecho de hacer mi trabajo aquí.

Sólo negué. No dije otra palabra, nada más subí con Pancho a mi habitación.

—Papá nos oculta algo, ¿Te das cuenta? —y él sólo se me quedó mirando—, como sea, no entiendes un demonio.

Entramos a mi habitación, de inmediato bajó de mis brazos para ir directamente a mi cama. Yo dejé la mochila a un lado de la puerta y fui directamente a la computadora para comenzar con las tareas o esa era la intención porque apenas encendí la computadora me puse a jugar.