El chico araña (Peter Parker y tú) [TERMINADA] ✓

Tentación: ¡No lo hagas!

||•|| _____ Stark ||•||

El fin de semana llegó pronto y no había rastro de papá.

Con Peter traté de evitar el vernos si no era para la clase de biología, me sentía tan mal de haberme besado con su amigo que no podía siquiera verlo a la cara sin dejar de sentirme horrible al respecto.

Las cosas en la torre Stark habían mejorado notablemente y sin embargo papá no creía conveniente que volviera con él. Por lo poco que logré averiguar por las noticias, el capitán América se había separado de mi padre al igual que Black Widow y la mitad de los vengadores. Yo sigo aquí en Queens más adaptada que nunca.

La escuela va de maravilla o al menos los acosos de Liz han cesado porque he dejado de prestarle atención, aunque también me alegra saber que al menos mallitas no está ni remotamente interesado en ella.

Al parecer papá sigue empeñado en que tenga un niñero que poco a poco me ha empezado a caer mejor, al menos ya no dejo con seguro la ventana para que él pueda entrar al departamento cuando venga. Debo admitir que es divertido y algo torpe pero tiene cierto encanto.

El sábado por la mañana me encontraba haciendo los deberes de casa, estaba bastante ansiosa por mi primer día de trabajo y quería tener todo listo antes de irme para no hacerlo después de la jornada.

Estaba terminando de arreglar mi cuarto cuando escuché caerse algún objeto en la sala, tomé un bate de béisbol y me dirigí sigilosa por si se trataba de algún ladrón.

Y no, se trataba de mallitas que estaba acomodando el perchero que había tirado al tratar de entrar por la ventana.

— ¿En serio? Es sábado por la mañana ¿No tienes algo mejor que hacer que venir a mi casa, mallitas? —le pregunté dejando el bate recargado en una pared.

—Deja de llamarme así, el señor Stark ha dicho que no te lleves pesado con tu guardia personal.

—Sí, bueno, mi padre no es quién para decirme lo que hago o no en mi departamento —viré los ojos—. ¿Qué quieres?

—Sí, hola _____, estoy bien. Gracias por preguntar.

— ¿Qué haces aquí tan temprano?

—No tenía nada qué hacer y decidí venir a ver si necesitabas algo.

—Sí, necesito algo ahora que lo mencionas. Necesito que te vayas, saldré y no...

—Espera ¿Saldrás?, ¿Con quién? No me dijo el señor Stark que saldrías, ¿Por qué...?

—Escucha, mallitas, no tengo que darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer...

—No me digas mallitas —interrumpió.

— ¿Qué?, ¿Y qué vas hacer al respecto?

—No me rete, señorita.

— ¿O si no qué?

Se acercó lentamente a mí y yo seguía sin inmutarme.

—Debe comprender que no estoy a su servicio sino que trabajo para su padre y que...

—Cállate, maldita sea, hablas demasiado, araña —me encantaba hacerlo enojar, era muy divertido discutir, casi parecía deporte—. No has respondido lo que he preguntado.