Sobre-protección: la charla

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||•|| _____ Stark ||•||

Para ser el primer día en aquella tienda no había sido tan malo, de hecho hasta fue agradable. Era una tienda de alquiler de películas, venta discos y ropa, yo todo lo que tenía que hacer era encargarme de cobrar en la caja y ayudar a los clientes si lo necesitaban. Mi jefa era una señora muy agradable que se la pasaba bromeando la mayor parte del tiempo con los empleados.

Era el único lugar en donde no me sentía incómoda por escuchar constantes habladas sobre si era o no hija de Tony. Los chicos trabajando aquí igual eran muy amigables.

Cuando terminó mi turno, me despedí de ellos y tomé mis cosas. Subí a mi auto y fui en dirección al departamento de nuevo. Sólo esperaba llegar para tomar un baño, preparar palomitas en el microondas y ponerme a ver alguna película o serie hasta que dieran las doce de la mañana, no tenía otros planes por realizar.

Al llegar noté el Ford thunderbird negro de mi padre. Me extrañó un poco ver el coche, en especial porque no esperaba que llegara sin avisar. Era un hecho que la idea de trabajar no le iba a gustar en lo absoluto.

Estacioné mi auto en el estacionamiento y saqué mi chaqueta junto a mi mochila, fui al elevador y entré poniendo el número de mi piso. Me recargué en la fría pared metálica de la cabina y sólo revisé si tenía alguna llamada perdida de papá que hubiera omitido pero no había nada.

Cuando las puertas se abrieron, yo salí del elevador para caminar en dirección a mi departamento.

—Un poco más a la izquierda —escuché claramente la voz de Happy, así que me apresuré a acercarme a la entrada del departamento donde había dos hombres poniendo cámaras de seguridad al parecer.

— ¿Happy? —hablé haciéndolo voltear.

—Ah, hola, señorita Stark —saludó con una sonrisa amistosa—, que alegría verla, hace rato que no sabía de usted.

— ¿Qué es todo esto? —pregunté al mirar aquellas cámaras de seguridad.

—Bueno, verá... —Happy me iba a contestar hasta que papá lo hizo por él.

— ¿Dónde estabas? Llevamos casi media hora aquí y el portero dijo que habías salido desde la mañana, jovencita.

— ¿Por qué estás poniendo cámaras de seguridad?

—No, yo hice una pregunta primero —respondió cruzado de brazos.

—Conseguí un trabajo de medio tiempo, estar aquí encerrada me agobia, ¿Qué haces poniendo cámaras de seguridad?

—Bueno, el mocoso resulta no ser exactamente un buen guardia de seguridad entonces, pensé que como casi siempre la pasas sola, cosa que no me es novedad... —guardó silencio un momento—, sí, ya luego hablaré con el mocoso. El punto es, que para mayor seguridad, y tenerte mejor cuidada, creí que las cámaras de seguridad eran buena opción. En especial ahora que tendrás a Sara y a Harry aquí en vacaciones, tú sabes, no puedo dejarte sin especial atención.

Miré entonces como habían cámaras en la sala, en la cocina y en el pasillo.

No me extrañaría que en el excusado hubiera también.

—Y tu idea es que con cámaras me vigiles como presa en cárcel de máxima seguridad ¿Cuándo tomarás fotografías de mi ficha signalética porque ya tengo asignada una desde ahora no?, ¿Al auto también le pondrás y activarás veinticuatro siete la cámara del celular? —pregunté—, ya no soy una niña, papá, puedo cuidarme sola.

—Eres una niña. Tienes quince años, _____. Y no seas exagerada, sólo es un poco de seguridad más. Así será más difícil que otro gato te agarre por sorpresa —se burló.

El chico araña (Peter Parker y tú) [TERMINADA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora