37.amargo final

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Salió con una cara de poco amigos de la "oficina" de la jefa que no le terminaba de convencer, Shin Jimin le daba miedo o más bien escalofríos por cómo le hablaba o amenazaba. Lo último que tuvo que hacer fue tener una deuda tan grande con esa mujer.

Camino por el pasillo de luces en silencio, aunque el ambiente fuera todo lo contrario ella estaba decaída por dentro. Un brazo enredándose en su cuello la alertó y rápidamente trató de zafarse de este.

—Hey, ¿no estarás enfadada, no? —preguntó Vernon preocupado. —Mira, pensé que era una nota de amor o cualquier maricada que le hizo Eunha a Mina.

—Déjalo, me da igual —Sana masculló yendo a donde se encontraban todos festejando.

La japonesa se sentó en el sillón hundiéndose mientras sentía como le escocían los ojos debido a la cantidad de humo en la sala.

Habían pasado cinco días desde lo ocurrido, todo estaba yendo de mal a peor pues habían corrido los rumores de que Nayeon y Jeongyeon habían terminado, pero solo eran eso rumores.

Al igual que Mina tomaría un programa de intercambio a Texas, Tzuyu se cambiaría de instituto, Jihyo había vuelto con Daniel, Chaeyoung se pasaría a un bachillerato completamente artístico y que Dahyun sería fichada por una gran academia de música.

Habían tantos rumores y cosas que decían de su grupo. Y ni hablar de Sana. Miyeon había subido fotos de ambas algo cerca y el chisme se había disparado.

—Quita esa cara de amargada Sana, te invito a algo —le hablaba Hoshi con un cigarro en la boca.

—Estoy bien, tranqui —negó notando su teléfono vibrar.

Vernon rápidamente trató de arrebatárselo, pero la nipona fue mucho más rápida para apartarse y leer los mensajes.

Era Momo y parecía urgente.

—Sana, no me jodas —rodó los ojos su amigo.

—Es importante —respondió tomando su chaqueta.

Últimamente parecía que fuera a llover casi todos los días. El clima estaba mucho más nublado o eso percibía Minatozaki.












☁️☁️













"En nuestro parque de siempre" envió Hirai a sus ocho amigas por separado, quienes adivinaron a la primera a que parque se referiría.

Era el parque en el que habían crecido las nieve juntas. Habían llorado, reído incluso algunas dado su primer beso en ese parque. Era un lugar sagrado y simbólico para el grupo, del cual se podrían sacar más de seiscientas anécdotas.

Ahora solo debía esperar y confiar en que todas fueran.

Por otro lado, la protagonista estaba a cinco minutos trotando para llegar cuanto antes al punto de encuentro. Temía que a Momo le estuviera afectando aquello tanto como a ella cuando no había sido culpable de nada.

Eso era lo que más le dolía, hacerle daño a su alma gemela.

—Sana —se paró frente a ella la adolescente.

Sana's harem | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora