Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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👰♀️
El ver el amanecer por la ventana la hizo reflexionar, se limpió el sudor de la frente y su mirada fue directa hacia el ramo de flores.
Ese ramo le parecía hermoso, hasta le había pedido ayuda a su madre para cuidar las flores regaladas. Había sido un regalo hermoso y no quería marchitarlas.
No sabía por qué pero había algo que la inquietaba, podía pasarse horas observando el bendito ramo y pensar en...
—Sana...—golpeó la cama Eunha adormilada.
—Ya voy —suspiró girándose para observar el cuerpo desnudó de la contraria.
Su madre y hermanos habían ido el sábado a casa de sus tíos y volvían a la tarde. Obviamente debía de aprovechar la ocasión.
Últimamente llevaba una racha increíble.
Eunha fue la primera en correr a sus brazos y acabó sucediendo, lo único que le molestaba es que fuera tan cariñosa.
Sana se revolvió el pelo y se estiró sintiéndose agotada, prácticamente lo había hecho todo. Al acostarse sintió a la chica abrazarla con fuerza.
👍👍
Había ido un poco más pronto de lo normal ese día porque Tzuyu se había puesto bastante pesada con el querer hablar.
Realmente no la entendía, primero le decía que no tuvieran mucho contacto en la escuela y ahora quería verla antes de clases.
—Buenos días Chewy —le guiñó un ojo a la chica.
—Sana...¿En serio has venido temprano por mi? —sonrió Tzuyu sorprendida.
Sana sonrió dulcemente y asintió con la cabeza para acercarse a ayudarla con las cajas que cargaba del club.
—Pues claro. Me importas.
Chou sintio sus mejillas arder y luego negó con la cabeza, Sana tenía una magia hablando que conseguía embobar a cualquiera.
No quería desviarse debía ser sincera.
—En tu cumpleaños...¿hiciste algo con Jihyo?
Minatozaki guardó silencio dejando las cajas pensando lo más rápido que pudo, se mordió el labio a mientras le daba la espalda.
Necesitaba convencerla de que no estaba viendo a nadie más a parte de ella. Sabía como se pondría.
—Ojalá, pero sabes como es Jihyo me hubiera tirado por las escaleras si le ponía una mano encima —soltó riendo y consiguiendo hacer sonreír a Tzuyu.
—Perdón, malinterprete todo cuando os vi durmiendo.
—Conoces bien a Jihyo, jamás estaría conmigo, no cumplo sus expectativas.
