Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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🎵lover is a day - cuco
🚟
La primera vez que sintió que su corazón latió con fuerzas fue cuando en su segundo año de instituto, era el primer día de clases y ese día uno de los amigos de quien sería su futuro novio se había pasado el día molestándola.
Desde sentándose en su mesa a quitándole sus materiales escolares. Momo no le tomó mucha importancia, pensó que era un juego del chico y sinceramente, ignorarlo era lo mejor.
No obstante, le llegaron rumores a Sana, quien en su primer año ya había causado revuelo por lo atrevida e impotente que era.
No esperó ni siquiera a la salida y en el mismísimo patio escolar, Minatozaki se abalanzó sobre el adolescente que molestaba a Hirai con intenciones de ligar.
¿Ganó? Claramente, no. Era mayor que ella y su fuerza ni se comparaba, además de esto sumándole el hecho de que en ese entonces Sana media prácticamente lo mismo que Chaeyoung...
Ese mismo día Momo ponía hielo en la ceja de la muchacha que estaba hinchada debido al único golpe que alcanzó a enganchar.
Pero tranquilidad, que cómo no, Jeongyeon se metió a hacer justicia a su amiga.
No entendía que le ocurría a Sana últimamente, parecía un chihuahua rabioso cada vez que algún ente masculino se le acercaba.
—No entiendo, ¿era necesario que te pelearas?
—Pues sí, nadie se mete contigo —decía orgullosa girando su rostro.
—Soy mayor que tú, me puedo defender
—Mentira, me da igual cuantos años tengas.
—Y si tengo...—Sana puso su dedo silenciándola.
Al parecer la japonesa menor tenía algo que decir.
—Yo siempre estaré para defenderte, Momo.
La mencionada soltó una risita, aquello le había conmovido, pero su corazón sabía muy bien ocultar sus sentimientos. Así que simplemente asintió acercando su rostro para quitarle el hielo y revisar que tal estaba.
Sana, en cambio tomó este gesto como otra cosa y cerró los ojos abultando sus labios. Estaba lista para besarla.
Momo no pudo aguantar la risa al ver lo linda que se veía cerrando sus ojos así que colocó su mano para que la besara en lugar de sus labios.
—El golpe te ha afectado —no pudo contener más la risa Hirai.
—Déjalo, ¡tú te lo pierdes! —se sonrojaba Sana levantándose —iré a por algo de comer.
Momo negó con la cabeza al verla marchar como si nada a la cocina de su casa.
—¿Te gusta Sana? —preguntó su hermana saliendo del baño. Parecía estar buscando algo en el armario.
