Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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🎶run2u - stayc
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Se acomodó mejor en la silla, terminando de hablar. Había hecho lo que le había pedido su psicóloga y la mujer al escuchar los resultados sonrió notando que poco a poco la adolescente comenzaba a avanzar. Estaba orgullosa de lo rápido que había avanzado
Sana vio la hora y notó que era hora de volver a casa.
—Sana, lo estás haciendo muy bien. Comienzas a adaptarte a los cambios, ve poco a poco pero no te detengas —aconsejó la mujer antes de verla marchar.
La japonesa asintió sonriéndole a la atractiva mujer.
—Sí, gracias señorita Seohyun —sonrisa que fue devuelta por la psicóloga.
Debía de admitirlo tenía un pequeño crush con esa mujer, pero debía de controlarse. Eso había estado haciendo todo este tiempo.
Había empezado a leer filosofía y tal y como decía Platón, debía llevar la rienda de esos dos caballos: el blanco, la razón y el negro su parte irascible. Debía saber controlar ambas partes.
Aunque últimamente no había podido tener intimidad con Dahyun por lo ocupada que estaba la muchacha, así que le costaba un poco más, teniendo en cuenta como recibía tentaciones diarias.
—Señor, soy tu guerrera más fuerte pero...—murmuraba llegando a su casa.
Debía de cuidar de sus hermanos ya que su madre tenia turno de tarde, pero no le molestaba pasar tiempo con los enanos.
Le molestaba no tener paciencia con ellos a la hora de ayudarlos a hacer los deberes.
Con esos pensamientos y suspirando sabiendo la que se le venía encima, abrió la puerta esperando que estuvieran tan quietos como les pidió o que al menos ni Chaewon ni Dongpyo estuvieran peleando.
O peor aún rompiendo cosas.
—Ya estoy en casa —canturreó la protagonista abriendo la puerta.
Y le extrañó que ninguno fuera a recibirla a la puerta, ¿se habían ido con su padre? No lo sabía, pero escuchaba la tele puesta y algunas risas en la sala de estar.
No podía creer lo que estaba viendo: sus dos hermanos sentados viendo la tele tranquilamente. Y no solo eso era una sorpresa.
Dahyun estaba en medio de ambos explicándoles con toda la paciencia del mundo a todas las preguntas que le hacían acerca de la trama.
—¡Sana! Dahyun ha venido a cuidarnos un rato —aplaudió Dongpyo al ver a su hermana mayor.
—Es mucho más divertida que tú —asintió Chaewon.
—Y nos ha ayudado a hacer los deberes —saltaba el pequeño de felicidad para darle un abrazo a su hermana.
Sana revolvió el cabello de ambos y les sonrió animada. No se esperaba para nada ver a Kim allí.
