Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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Ese día no tenía grandes ganas de asistir al instituto. Primero, tenía examen y no es que se supiera el temario muy bien. Segundo, no quería hablar con Momo y sabía la atmósfera extraña que se creaba cuando ambas estaban sin hablarse. Sin embargo, tenía unas ganas enormes de ver a Tzuyu.
Se moría por verla loca y con la respiración entre cortada gracias a ella, pero no debía de ir con prisa. Con tenerla comiendo de su mano por ahora era suficiente.
—¡Sana! Ese señor quiere que vayas a comer a su casa para presentarte a su novia —su madre le recordó al verla a punto de salir de casa.—Para el domingo.
Mierda, se le había olvidado ese pequeño detalle. Su madre había empezado a referirse a su padre así.
—Ya me lo comento, pero paso de ir.
—Vas a ir Sana, ¿quieres que haya más problemas?
—Que sí, pero este finde salgo con las chicas —cambio de opinión rápidamente dejando a su madre con la palabra en la boca.
Ahora le apetecía aún menos hacer algo, su padre le había invitado a comer con él y quería presentarle su novia. Qué rápido era el desgraciado, lo odiaba, pero solo quería evitarlo problemas así que iría directamente.
Tan vaga estaba que ni siquiera iba a coger la bici, ese día tomaría el autobús y le daba igual llegar tarde. Iba por obligación. Busco en sus bolsillos algo de dinero y se sintió aliviada mientras se montaba en el transporte público.
—¡Sana! No sabía que ibas en bus, ven siéntate —llamó Kim Dahyun.
La menor estaba tan sonriente y energética, al igual que siempre. Su sonrisa hizo sonreír automáticamente a Sana que tomaba asiento a su lado y pasaba un brazo por encima de los hombros de la chica.
Le gustaba siempre jugar de esa manera con la chica de tez blanca pues era gracioso ver como se sonrojaba.
—Hola Dahyun —le sonrió haciendo un ademán de querer besarla.
—Sana —se separó haciéndole una clara cobra. Ya estaba colorada.
Minatozaki fijó sus ojos en el rostro contrario algo pensativa.
Recordó la vez que Momo le contó borracha que si tuviera que salir con alguien del grupo sería o Nayeon por lo caliente que era o Dahyun por la pureza que irradiaba y lo excitante que podría llegar a ser tenerla solo y únicamente para ella.
Sana sospecho hasta que Kim tenía algo por Momo, pero lo desechó al ver que su mejor amiga después de tanto tiempo le daba paso Heechul a su vida.
Siempre pensó que a Dahyun le gustaba alguien, pero nunca supo adivinar quien era.
—No hace falta que actúes conmigo, se te ve cansada —habló la adolescente —Sé que es difícil por todo lo que estás pasando...te conozco bien.
