Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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El mareo seguía algo presente y noto como su cama daba vueltas, se sentía en una montaña rusa al cerrar los ojos. Estaba tan agotada que su padre al ver que no se había despertado a las seis de la mañana a practicar como cada fin de semana, la dejo durmiendo unos minutos más.
Dahyun tenía cierto dolor de cabeza, pero se alegraba de que sus padres hubieran tenido compasión con ella, dejándola descansar y faltar a sus clases de piano esa mañana.
Habrían pasado diez minutos o menos desde que escuchó la puerta cerrarse.
Cerró los ojos con esperanzas de coincidir el sueño de nuevo cuando su teléfono comenzó a vibrar con el tono personalizado que le había puesto a su persona favorita.
Sana la estaba llamando.
Rápidamente tomó el móvil y respondió algo adormilada poniéndolo en altavoz pues no estaba del todo bien o en su mejor estado.
—¿Si? —respondió al momento con un tono dulce.
—Dahyunnie, ¿te he despertado? —contestó algo tosca.
—Hmmm no —mintió Kim.
No quería hacerla sentir mal.
—Dime que tus padres están durmiendo y déjame entrar, necesito...
Sana notó que Dahyun no le respondía y supuso que aún estaba algo dormida por lo que trató de intentar llamar su atención nuevamente.
—¿Me estás ignorando?
La menor sonrió y observó la foto que le había asignado al contacto de su novia en silencio mientras la escuchaba atentamente, aunque no lo pareciera se sentía tan afortunada de tener a Sana como pareja.
—No estoy ignorándote, solo estoy escuchando tu voz.
Minatozaki se quedó un momento en silencio y después tomó aire.
—¿Como puedes ser tan adorable? Ahora mismo quiero besarte.
—No me digas que estás debajo de mi casa —se levantó esperanzada de su cama para abrir algo las cortinas.
Y ahí estaba su novia con su traje aún puesto (un poco desarreglado) , algo despeinada, la corbata algo suelta y llevando sus tacones en sus manos estando descalza.
Sana levantó el brazo y saludaba desde abajo a Dahyun que corría para ir a abrirle.
Algo raro le pareció que no se hubiera quedado a dormir en casa de Momo o Jeongyeon.
