Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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📌 🎵ONLY - Lee Hi
Momo pov:
Desde pequeña siempre odiaba el afecto innecesario, no es que tuviera problemas con mis padre y tampoco me trataban mal. Pero me hacían competir constantemente con mi hermana mayor. Quizás esta fue una razón para que luego tuviera problemas de confianza y amor propio.
Y yo simplemente lo ignoraba, siempre fui timida, callada y la más miedosa de las dos. Era la pequeña y tampoco era brillante, me costaban más las cosas.
Era cierto que no tenía muchos amigos desde niña por lo antisocial que era.
Así que siempre que veía a alguien demasiado extrovertido o contento me daba rabia, aunque en realidad tenía envidia porque yo también quería ser así.
Sentía que mi hermana me había arrebatado la felicidad y la inteligencia. Ella se había llevado las mejores facetas. O eso pensaba llena de envidia.
Y mi malhumor empeoro con la aparición de Sana.
Una niña de voz chillona que no paraba de llamar la atención y hacer el tonto en clase. Me irritaba.
En uno de tantos días, tuvimos una excursion y vi como se desviaba, por lo que solo fui a rescatarla. No tengo mal corazón. Desde entonces, por esa acción quien me diría que empezaría a seguirme a todos los sitios.
Allí donde yo iba, venía ella. Me perseguía y siempre trataba de abrazarme, aunque demostrara que me molestaba, la verdad es que me comenzaba a gustar.
—¡Momo! ¿Vas a casa? ¡Espérame! —me gritaba mientras yo salía a toda velocidad detrás de mi hermana.
Ni siquiera le dirigía la palabra.
—¡Momo! ¿Te gustan las Barbies? Mi color favorito también es el rosa —continuaba hablándole y siguiéndome como si nada.
—No me sigas.
Yo la rechazaba y la trataba mal, pero ella seguía conmigo y no entendía por qué.
Hasta que llegó el día en el que me marcó completamente. Los niños y niñas de mi clase me retaron a saltar desde el puerto de la playa al que habíamos ido de excursión de fin de curso.
Era consciente de que no era algo que debía hacer. Incluso Sana creía que no lo haría por cómo me miraba.
Pero yo nunca he tenido ni tendré valor.
Solo quería ser aceptada y respetada así que como todo niña sin cabeza se tiró casi obligada. Y obviamente no salió bien, nunca se me ha dado bien nadar.
—¡No te atreves Hirai! —gritaban cruelmente.
Al ver que no podía nadar todos se escandalizaron y salieron corriendo.
