Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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🎵Out of Time -The Weeknd
📌la canción dice todo sobre 모모.
❤️
Sintió como si todo ese tiempo se hubiera ido volando, un día estaba aprendiendo a multiplicar con todas sus amigas, riendo por las clases que daba Nayeon en la casa de esta y al día siguiente estaba con tres de sus mejores amigas yéndose a la universidad.
Y entre una de ellas se encontraba la que consideraba una mitad de su ser.
Era su último día con Momo y lo aprovechó quedándose a dormir a casa de la japonesa mayor que con gusto la aceptaba.
Por muy extraño que sonara, Momo se dejó completamente abrazar toda la noche por Sana a pesar de que siempre le recalcara que le daba mucho calor.
Hasta habían desayunado juntas y se habían visto tres mil series comiendo helado. Aún tenían algo de tiempo.
—¿Quieres poner nuestra canción? —se levantaba Sana tendiéndole una mano.
—Nuestra —sonrió la mayor escuchando la melodía.
Obviamente, Sana colocó Ariana Grande, específicamente la canción de Into You, habían tenido una época donde ambas la escuchaban por lo menos diez veces al día y se había convertido en su himno.
Sin pensarlo, de manera algo brusca la protagonista se aferró al cuerpo de Momo tomándola por sorpresa.
Hundió su cabeza en el pecho de esta apretándola con tanta fuerza, que por muy adorable que pareciera, en realidad hasta a Hirai le estaba costando respirar por los fuertes brazos de Sana.
—¿Sana...? —preguntó viéndola levantar tímidamente la mirada.
—No podré hacer esto todos los días, como antes —confesó.
Momo abrió sus ojos y su corazón se estrujó para abrir sus brazos y envolverla en un cálido abrazo.
Sana ni siquiera correspondió al abrazo pues estaba ocupada observando el semblante de su mejor amiga. La miraba de una manera tan dulce, tan llena de amor que Momo sentía que se derretiría ahí.
Era como si la acariciara, la mimara y abrazara hasta el último centímetro de su anatomía con una sola mirada. Sentía un calor tremendo en su pecho.
Aquellos ojos marrones claros le fascinaban. Estaba tan acostumbrada a ellos que no le había prestado tanta atención.
