66. Minatozaki Sana

966 101 96
                                        

🎵two birds - Regina Spektor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🎵two birds - Regina Spektor

sana pov

Odiaba regar las flores o cuidar de los pájaros que sedientos silbaban por la atención de mi abuela. Ella me miraba desde su silla mecedora, explicándome pacientemente como regar las benditas plantas, quería que aprendiera para que cuidara de las flores que me regalaba.

Sus favoritas eran los girasoles y los míos por ende, también.

Yo me negaba como la niña mimada que era y refunfuñaba pues odiaba esperar, la impaciencia no podía conmigo y terminaba llorando y tirando la regadera escuchando como mi abuela me regañaba.

Mi madre me venía a recoger y yo insistía siempre en no querer irme, quería quedarme ahí, donde sentía que lo tenía todo con el amor de mi abuela, quien me contaba historias antes de dormir a cerca de como conoció a mi abuelo.

Desgraciadamente, él murió poco después de que yo nací. Mi abuela se negó a mudarse con nosotros a la ciudad, aunque lo hizo por un tiempo para ayudar a mi madre conmigo. Encima, poco después de que yo naciera decidieron tener más hijos.

Igualmente, mi abuela insistió en volver a su casa fuera de la ciudad pues prefería el campo, su olor fresco  y paz. Además aseguró que no estaría sola, en el pueblo todos eran amigos y se cuidaban mutuamente.

Siempre tuve un gran vínculo con ella, sobretodo cuando nacieron mis hermanos menores, tuvieron que dejarme a un lado para darles más atención. Pero yo siempre encontraba consuelo en sus brazos.

Pero no todo dura para siempre. Eran vacaciones de Semana Santa y mi madre me estaba insistiendo más de lo normal en quedarme en casa de la abuela y no ir a una excursión escolar. Igualmente iba a ir a la mañana siguiente.

Mi abuela dijo que fuera y que me divirtiera, además de que le trajera un recuerdo así que fui. Si tan solo hubiera sabido que esa noche sería mi última con ella...

No entendía por qué había tantos familiares en casa y por qué regañaban tanto a mi abuela por levantarse de la casa a jugar conmigo y regar nuestras plantas. Ella tenía una sonrisa gentil y yo la notaba más cansada de lo normal.

Ya no me regañaba como solía hacerlo, solo me abrazaba o me daba besos en la frente.

—Tienes que aprender a regar las plantas tú sola.

—¿Por qué? Si te tengo a ti.

Ella no respondió y me abrazó haciendo círculo en mi espalda mientras observábamos el atardecer comprobando que las flores estuvieran bien.

—¿No son hermosas?

—Siii, aunque me pone triste cuando se marchitan ¡quiero que sean bonitas para sieeempre! —me cruce de brazos.

Sana's harem | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora