Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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🎵 PADO - BIBI
No sabía si era el enorme calor lo que le agobiaba o los molestos recuerdos de su niñez correteando por el pasillo de aquella antigua casa. La casa de su tía, una mujer de cincuenta y pico, que vivía junto a su marido algo más mayor que ella.
Su abuela vivió un largo tiempo allí, antes de su fallecimiento.
Por lo que evitaba lo máximo recurrir a ese sitio, además de que su tía un temperamento demasiado fuerte, era estricta y siempre parecía estar de mal humor.
Su marido por otro lado, era mucho más agradable y dulce. Tenía dos hijas, con las cuales Sana no era muy cercana. Aunque de pequeña seguramente lo sería más.
Sabía que iban a visitarlos con regularidad y que trataban a su tía como si fuera su madre.
Eso era lo único que recordaba y sabía, ahora que había llegado con su maleta que pesaba seguramente más que ella a las cinco de la tarde muerta de cansancio y dolor, seguía pensando lo mismo.
—Ya estás aquí, organízate bien que pasarás tres meses —salió su tía en su busca.—Tu madre me ha dicho que te eche un ojo.
—Sí...
—Sí señora, se dice —reclamó su tía y Sana sonrió forzado.
—Sí señora.
—Tengo varias tareas organizadas para ti, hay comida en el microondas.
Chillaba la mujer mayor abanicándose desde una silla balanceándose de atrás hacia adelante.
Sana gruñó al ver lo pequeña que era la habitación y encima el calor que se sentía, se puso a organizar su ropa y a hacer la cama para mantener su mente ocupada.
Aunque los recuerdos de lo ocurrido alrededor de la semana no hacían más que atormentarla.
—Sana, bienvenida —tocó la puerta el marido de su tía.
—Hola —hizo una rápida reverencia.
—No tienes buena cara muchacha —silbó al ver el rostro algo golpeado.—¿Has comido?
—No me apetece...
El hombre rebuscó en sus bolsillos y sacó dos billetes ofreciéndoselo a la adolescente que lo miraba algo confundida.
