49.El apellido Yoo

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🎵Nobody - Mitski

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🎵Nobody - Mitski

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Habrían miles de personas que desearían vivir la vida Yoo Jeongyeon. Sobretodo el llevar aquel apellido le traía solo ventajas. Su padre fiscal y su madre abogada, por lo que nunca le había faltado nada. Encima siempre había sido así en su familia.

Su hermana mayor estudiaba derecho en una de las mejores universidades y sus padres esperaban lo mismo de la Yoo menor.

Pero Jeongyeon había salido muy "rebelde" o "caprichosa" como le solían recalcar en las cenas familiares.

Tenía algo de resaca y ahora debía de ponerse algo "de porte" para una estúpida cena con uno de los amigos de sus padres. Solo querían dar una imagen de familia feliz y perfecta.

Al menos el reencuentro con las chicas había conseguido sacarle una sonrisa.

Aunque, en todo momento no pudo apartar la mirada ni un solo momento de Im Nayeon.

Se había prometido que la miraría como sólo amiga, pero su corazón saltaba cada vez que sus miradas se cruzaban.

Rápidamente Jeongyeon negó con la cabeza, no quería pensar demasiado en ello. Sino su madre se pondría pesada y su hermana mayor aún más.

—Jeong, ¿te has puesto ya la americana? No tardan en llegar —su hermana tocaba la puerta de la habitación.

—Que ya voy —odiaba llevar ese tipo de ropa.

Con lo agustito que estaba con sus sudaderas y jerseys de marca...

—Hija peínate mejor —la vio su madre al ver que llegaba a la cocina.

—Que pereza me dais

Sin escuchar a su madre se sentó en la mesa muerta de hambre, el olor a comida le llegaba y su estamos empezaba a rugir.

Observó a su madre contestar la llamada mientras que su padre se sentaba frente a ella colocando uno de los vinos más caros que tenían.

A su derecha se sentó su hermana que rió al ver que no se había ido a peinar, revolviendo su pelo aún más.

—Qué mal, al parecer no podrán venir...—colgó el teléfono la mujer viendo la mesa.

—Qué más dará mujer, siéntate y cenemos como Dios manda —sentenció el señor Yoo.

Ambas hermanas se miraron a los ojos, Jeongyeon odiaba cenar con compañía pero odiaba aún más cenar con sus padres a solas.

Al menos con compañía no podían regañarla.

—Ah, en serio...—suspiró Jeongyeon cortando la carne servida.

—¿Por qué suspiras? —inquirió el hombre.

Sana's harem | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora