Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
❕aclaración: este capítulo se sale de la trama principal.❕
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
📌 🎵Pushin' N pullin' - Red Velvet
Trazó varias líneas en el lienzo aumentando el volumen desde su teléfono móvil, dio unas últimas pinceladas y después observó su obra maestra, no le gustaba para nada el resultado.
Había dibujado inconsciente el rostro, los lunares y el brillante cabello rubio de cierta japonesa.
Chaeyoung suspiró agobiada, triste y agotada. No podía quedarse con un solo estado de ánimo.
Se recostó en su cama envolviéndose en su manta favorita maldiciendo a Dahyun por las prácticas de piano.
—No puede ser —abrió los ojos al ver la notificación.
Las reservas que había hecho para ese fin de semana le recordaba la hora y tiempo de estancia. Además del horario y actividades deseadas que había hecho.
—¿Debería decirle...? —rápidamente negó con la cabeza.
Se había prometido a sí misma no arrastrarse más y tener algo de amor propio.
El problema es que había salido todo mal.
El ambiente en su "grupo" estaba algo tenso y solo hablaba con su mejor amiga que estaba ocupada y...
Una bombilla se encendió en Son y rápidamente tomó sus cosas para dirigirse a la persona que nunca le diría que no.
Ella aceptaría. Siempre aceptaba.
🥰🥰
Le había comprado una bolsa entera de sus panes dulces favoritos por si la rechazaba así poder sobornarla. Aunque Chaeyoung sabía que aceptaría.
Tocó al timbre repetidas veces, hasta que de la enorme casa salía su persona esperada.
—No he ordenado nada...—observó a su amiga bostezando.
—¡Chou Tzuyu! Sal conmigo, tengo entradas para muchas cosas ¡disfrutemos de nuestra juventud!
—Uy, mi panes favoritos —rápidamente tomó la bolsa con una enorme sonrisa.
Son frunció el ceño al ver que le había prestado más atención al bendito pan que a ella misma, pero tampoco le había dicho que no así que se sentía tranquila.
