Minatozaki Sana es puramente orgullosa, egoísta, solo piensa en sí misma y en el provecho que puede sacar de todo. En salir de fiesta siempre que pueda y pasarlo bien todos los fines de semana, como cualquier adolescente a su edad.
Sana termina ebri...
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🎵deja vu - olivia rodrigo
La entrada a la adolescencia era dura, tantos cambios la tenían preocupada y el tener más exámenes de lo normal la estaban poniendo de los nervios.
Digamos que era muy exigente con sus notas para tener catorce años recién cumplidos pues su cumpleaños había sido hace una semana.
—¿Por qué no llamas a tu novia? Igual te trae algo de comer —se sentó a su lado Kim Jennie.
Era una de sus mejores amigas y Nayeon la envidiaba tanto, le encantaría ser tan despreocupada como su amiga y que se le diera tan bien el inglés.
Jennie era sub-delegada de su clase y Nayeon era la delegada. Kim era amable, guapa y sobretodo muy buena amiga.
—¡No es mi novia! No para de meterse conmigo...—suspiró recordando todos los incidentes de la mañana.—No entiendo por qué está tan rara.
Y es que desde que Nayeon se le confesó a Jeongyeon hacía dos años, a los doce años para ser exactos, las habían denominado como pareja de la clase. Aunque Jeongyeon solo se quedó en blanco y se sonrojó nunca le dio una respuesta.
Pero vamos, Im se lo tomó como un "no"
Solo de recordarlo se le ponían las mejillas rojas.
Jeongyeon era una bruta, no hacía más que reírse de las desgracias que le pasaban a los demás, nunca estudiaba, llegaba tarde a clase y se quedaba dormida en ellas.
No entendía como todos siempre le daban halagos por ser buena dando patadas y puños. Se comportaba como una idiota.
Simplemente era tan...tonta para Nayeon que no entendía como es que eran tan cercanas pero a la vez discutir tanto.
Jihyo, su mejor amiga le decía que tenía que tener paciencia con Jeongyeon, pero no demasiada.
—¿Qué haces Im Nayeon? —entraba sentándose en su mesa nada más y nada menos que Yoo.
Esta estaba siendo seguida por Momo y Sehun.
—Que te importa —le sacó la lengua.
Rápidamente Nayeon guardó sus cuadernos al ver que Jeongyeon trataba de robárselo. Yoo solía cogerle las cosas y la hacía correr o se las escondía continuamente.
No la dejaba en paz ni un solo día. Y ese día estaba más pesada de lo normal.
—Jeong, a que estáis saliendo —la codeó Jennie —Siempre la acompañas a casa.
—Eso es verdad —asintió Hirai haciendo reír a Sehun.
La mencionada frunció el ceño y negó con la cabeza estando roja.
—¡No estamos saliendo! ¡Nayeon es fea! ¡Nunca saldría con alguien como ella! —bramó señalándola.
Y lo que no se esperó fue que aquellas palabras hirieran tanto a la pobre coneja hasta conseguir que soltara lágrimas y finalmente fuera a llorar al baño.