Louis caminaba apresuradamente, ser puntual nunca estuvo presente en su vida, si, estaba llegando tarde al trabajo, no es porque lo fuesen a despedir ya que él era el jefe pero daba una muy mala impresión a sus empleados. Cuando entró al ascensor fue detenido por su asistente, un chico de 23 años que cursaba su último año de Universidad, Louis le había permitido hacer las horas sociales en su empresa como asistente y secretario cuando su tía se lo presentó hace un mes.
- Señor Tomlinson, se le hizo un poquito tarde - señaló el chico tímidamente - ¿Necesita un café?
- Por favor dime Louis ya te lo he dicho, y no, estoy perfecto... ¿qué tengo que hacer? - Louis se golpeó mentalmente, ayer domingo tenía que revisar su agenda de la semana pero se la pasó follando salvajemente con sus novios.
- Tiene una reunión con el señor Malik sobre los restaurantes Style's - habló el chico mirando la agenda.
- Okay, muchas gracias Oliver - le sonrió amablemente y siguió su camino hasta su oficina.
- Señor... Louis, el señor Malik lo espera ya en su oficina - Dijo el chico tomando su puesto frente a la oficina de Louis.
Louis asintió y entró a su oficina encontrándose con Zayn en su silla con los pies en la mesa mientras fuma.
- Zayn - gruñe - no se fuma en el edificio.
Zayn deja escapar el humo y bufa - A Edward no le dices nada.
Louis rueda los ojos.
- Es porque no lo hace - se encoge de hombros.
- Como sea, tenemos que hablar sobre los restaurantes ¿quieres cambiarlos de ubicación? Sabes que puedes ponerlos donde quieras.
Louis niega - No, realmente me gustan las ubicaciones que tienen, las decoraciones, todo.
Zayn entrecierra los ojos - ¿Entonces porqué me llamaste?
Los ojos de Louis se iluminan. - Verás, tienes un pretendiente secreto.
El moreno rueda los ojos - No me digas ¿me llamaste para esto? Sabes que no tengo tiempo para esas cosas, amo mi vida solitaria.
- ¡Ese es el problema! Deberías tener una vida.
- La tengo, enano... No necesito de alguien para ser feliz.
Louis bufó - Bien, pero que quede claro que te lo advertí.
- Como quieras, me voy, dile a Edward que los llegaré a visitar en la noche. - dijo el moreno tomando sus cosas.
- Bueno, un gusto verlo abogado Malik - le sonrió abrazandolo.
- Adiós enano - Se despidió y se fue.
Louis suspiró y abrió una de las grandes ventanas dejando salir el humo y olor a cigarrillos que había en el aire, arrugó su pequeña nariz por el olor. Tomó algunos papeles en su escritorio y los miró, sin embargo no podía concentrarse, este día les diría a los chicos que estaba embarazado puesto que mañana tenía programada la primera ecografía y quería que ellos estuvieran presentes.
Por otro lado en la empresa Styles, las tres secretarias de los jefes se habían reunido para hablar.
- Estoy segura que caen rendidos a nuestros pies - dijo una rubia secretaria de Harry. - oí que las rubias son las preferidas de Harry.
Las otras chicas rieron de aquello.
- Hagamos una apuesta... el que logre llevarse a la cama primero a uno de ellos gana - dijo la castaña.
- Bien - concordaron todas.
Acomodaron su ropa y cabello lo mejor que pudieron, primero entró la rubia a la oficina de su jefe.
- Buenos días, señor Styles - se acercó a la mesa inclinándose para que pudiese ver su gran escote.
- Buenos días, le recuerdo que esta es una empresa de autos, no una de damas de compañía, para la próxima vez venga bien vestida - le regañó Harry mirandola a los ojos - sabe que aquí no hay segundas advertencias, obedezca o se larga de aquí - volvió su vista a los papeles nuevamente.
La chica salió avergonzada de aquella oficina arreglando su ropa para que luciera más "decente".
- Mi turno - dijo la castaña ingresando a la oficina de el mayor, Edward.
- Pobrecita - susurró la pelirroja mirando la oficina del mayor.
Edward miraba su laptop con el ceño fruncido - Toque antes de ingresar - gruñó sin dejar de ver la pantalla.
- Lo siento... Pasaba para ver si necesitaba algo - dijo acercándose, rodeando la mesa para quedar tras el mayor - lo noto muy tenso - sin más, puso sus manos en los hombros del mayor y comenzó a masajearlo.
Edward frunció el ceño, sin embargo se relajó un poco.
- Su esposo no le da mucha diversión ¿no? ... yo podría dársela - murmuró inclinándose cerca de su oído.
- Largo - dijo Edward apretando la mandíbula - No quiero que vuelvas a hacer algo así, y por su puesto que mi esposo me da diversión como no te imaginas pero eso no es de tu incumbencia - dijo mirándola con odio.
- Lo siento, Edward - susurró alejándose.
- Señor Styles para usted, ahora hágame el favor de retirarse - Volvió su vista hasta la laptop y continuó con el trabajo.
La mujer salió de la oficina rápidamente. - Me rechazó - dijo enojada.
- Bien, solo queda Marcel - dijo la pelirroja - deseenme suerte, no puede rechazarme, seguro estoy muchísimo mejor que su estúpido esposo.
La pelirroja tocó la puerta, luego de recibir un "adelante" ingresó.
- Si bebé, estaremos allí a tiempo, te amo muchísimo, adiós, hermoso - dijo el rizado al teléfono y luego cortó con una sonrisa en sus labios. - Oh, ¿qué se le ofrece? - preguntó dejando el celular en la mesa.
- ¿Hablando con su esposo? - preguntó con una sonrisa falsa.
- Si - sonrió inconscientemente - deseo que llegue la noche para poder verlo de nuevo.
- Oh ya veo... - sonrió acercándose moviendo sus caderas y resonando sus tacones tratando de parecer sexy.
- ¿le ocurre algo? - preguntó Marcel frunciendo el ceño.
- No, señor Styles - sonrió coqueta mordiendo levemente su labio inferior y batiendo sus pestañas postizas.
- Se tambalea raro ¿llamo a algún doctor? - preguntó confundido. - Tiene un tic nervioso en los ojos.
La pelirroja bufó - olvídalo señor Styles, iré a hacer mi trabajo.
- Claro- dijo tomando unos papeles y no le prestó importancia.
La mujer salió bufando fastidiada, no sabía si el menor de los Styles era muy inocente o la rechazó de esa forma.
- Olvidenlo, ellos no van a cambiar a su esposo - gruñó.
- Dicen que llevan años juntos ¿ustedes han visto quién es? - preguntó la rubia.
- No, no he visto esas tontas noticias, me enferman - gruñó la castaña.
- Quizás es feo... ¿cuál es su nombre? - preguntó la pelirroja.
- Louis Tomlinson - respondió una voz a su espalda haciendo que un escalofríos recorriera la espalda. - ¿Porqué están hablando del esposo de los señores Styles?
- Señor Horan... - dijo la pelirroja.
- Si de casualidad una personita hermosa de cabellera rubia y un bonito acento irlandés les dijera lo que están hablando de Louis, estoy seguro que las pondría de patitas en la calle - rió. - Oh espera, ese soy yo y si les diré.
Con aquello entró a la oficina de Marcel dejando a las chicas pálidas y con los nervios de punta.