El primer cumpleaños de los trillizos fue más que todo privado y familiar ya que los niños aún no entendían mucho lo que ocurría a su alrededor pero esta vez en su segundo cumpleaños, los trillizos estaban contentos y correteaban por todos lados jugando con sus juguetes mientras que Louis corría de un lado a otro tratando de que las decoraciones estuvieran en orden, se encargó de que la mesa estuviese llena de golosinas y el gran pastel de cumpleaños en el medio. El jardín estaba lleno de juegos inflables con agua y pelotitas, globos y mesas bien decoradas.
- Mami - James hizo un pequeño pucherito - Noah me pegó.
Louis suspiró cansado. - Noah Styles Tomlinson - lo llamó.
El pequeño llegó de inmediato casi tropezando con sus propios piesecitos - ¿sí mami?
- ¿qué te dije sobre golpear a tu hermano? - preguntó con su mano puesta en la cadera.
- que no se .... hace - luchó con sus propias palabras para decirlas bien.
- ¿y porque lo hiciste? - Louis frunció el ceño.
- poque es un... tonto - frunció su ceñito molesto . - m-me rompió mi juguete.
- ¡James no hagas eso! - Louis le llamó la atención.
James sonrió inocente y cuando Louis volvió su atención a lo que hacía anteriormente, le enseñó la lengua a su hermano. Noah totalmente irritado lo comenzó a corretear por toda la casa topandose con Alexander y botandolo en el proceso. Alex se enojó y lo comenzó a seguir mientras Noah seguía a James.
James se detuvo abruptamente cuando chocó con unas piernas y calló sobre su trasero - Auch - dijo, en ese momento dos cuerpos igual de pequeños se lanzaron encima de él.
- ¿Qué están haciendo? - dijo Marcel levantando a Alex y a Noah del suelo, luego ayudó a James. - No corran por la casa, se pueden caer.... de nuevo.
- ¡Piñata! - gritaron al unísono ignorando las palabras anteriormente dichas por su padre.
En ese momento llegaron Harry y Edward con otras dos piñatas de sus caricaturas favoritas.
Los trillizos mayores llevaron las piñatas al jardín y ayudaron a colgar algunas luces, cuando Louis vió que todo estaba en su lugar por fin pudo suspirar feliz. No pasó mucho tiempo cuando la casa se comenzó a llenar de padres con sus hijos y poco a poco en la mesa se comenzó a formar una montaña de regalos, los trillizos creían que ni ellos habían tenido tantos regalos en sus cumpleaños ¡Y también eran tres! Pero estaban felices por sus pequeños terremotos quienes parecían querer estallar de la emoción.
- ¡Feliz cumpleaños! - gritaron todos al unísono mientras los trillizos soplaban las velitas del pastel. De inmediato los flashes comenzaron y los niños sonrieron felices a la cámara.
- Tenían que ser signo Leo - le susurró Niall a Zayn. El morocho soltó una risita y acarició el abdomen abultado de su novio.
- Pronto nuestro bebé se les unirá - murmuró besando su mejilla.
- Bien, pero por el momento disfrutaré mi soledad - dijo el castaño llendo por un trozo de pastel. Zayn solo negó con la cabeza sonriendo y lo siguió.
Por otro lado los trillizos mayores ya habían tomado asiento en las mesas para padres observando como muchos niños corrían de un lado a otro jugando con pistolas de agua y vejigas llenas de agua.
- ¿Cómo es que los mocosos tienen tantos amigos? - Preguntó Harry.
- Ni idea, quizás hay como cincuenta niños aquí - murmuró Marcel.