Cuando la noche llegó, Louis estaba terminando de revisar algunas cosas en su oficina, pronto sería el día de la madre y sus hoteles y restaurantes estaban al tope, demasiadas reservaciones lo que significaba, demasiado dinero y demasiado papeleo.
- Amor, venimos por ti - dijo Marcel entrando a su oficina.
- Hola ricitos - río suavemente - Solo acomodo esto y nos vamos.
Los tres Styles asintieron y se sentaron en el sofá de cuero.
- ¿Quien te dió esas rosas? - preguntó Edward casi gruñendo.
- Christian vino esta mañana y me las trajo para felicitarme por el embarazo - respondió Louis tranquilamente mientras ordenaba las carpetas.
-¿Christian?¿Que Christian? - Esta vez fue Harry quien preguntó.
- Christian Bale - respondió Louis.
- ¿Porqué lo tuteas? - preguntó Marcel con el ceño fruncido.
- ¿Estamos en un interrogatorio? - Louis alzó una de sus cejas - Pero respondiendo a tu pregunta, él me pidió que lo hiciera.
Los rizados bufaron molestos. Louis continuó en lo suyo.
- No me gusta que ese tal Bale ande detrás de nuestro Lou - gruñó Marcel suavemente.
- A mi tampoco ¿qué se cree? - dijo Harry molesto.
- No sé que mierda quiere pero no lo va a conseguir - dijo Edward.
Los tres sentían algo extraño en su pecho, algo que jamás habían sentido ¿esos eran celos?
- Hablan como si no estuviera aquí - dijo Louis divertido. - Jamás me fijaría en alguien más. - una idea se le cruzó por la mente y claro que la iba a tomar.
Louis se acercó a ellos moviendo sus caderas de un lado a otro en un suave pero sensual movimiento capturando las tres miradas verdes.
- ¿Saben por qué no me fijaría en alguien más? - ronroneó tal cual un pequeño gatito. Los trillizos negaron con la cabeza sin despegar los ojos de su esposo. - Porque en ustedes tengo todo lo que quiero, son inteligentes, hermosos, fuertes, tienen unos cuerpos taaan calientes - casi gimió en la última palabra - y unas pollas que me encantaría sentir en mi garganta.
Los trillizos estaban hipnotizados por la voz tan sensual que el menor estaba utilizando. Cerraron sus ojos sintiendo como su cuerpo reaccionaba ante aquellas palabras.
- Quiero lamer cada gota de semen que sus pollas puedan darme - mordió suavemente su labio - Quiero sentir como sus pollas me llenan por completo.
Harry gimió. Edward gruñó. Marcel jadeó.
- Joder bebé, quiero ensuciar tu preciosa carita y follarte tan duro - Dijo Edward delineando los finos labios de Louis con su pulgar.
Louis sonrió complacido y se alejó - Lástima que estoy embarazado de trillizos y no pueden - se encogió de hombros. - vamos, se nos hace tarde.
Jadeos se escucharon de parte de los trillizos quienes ya tenían un gran problema entre sus pantalones de vestir pero entre gruñidos siguieron a Louis fuera de la empresa tratando de ocultar sus erecciones.
El plan de Louis había comenzado con buena pinta.
- Llegamos - anunció Marcel aparcando en la gran mansión de Bale.
Todos bajaron y acomodaron sus trajes, luego se adentraron, todas las personas estaban vestidas elegantes y reían con sus conocidos tan falsamente, Louis odiaba las personas falsas y ahora estaba rodeada de ellas.
- Aquí estás - hablo una voz poco conocida para ellos - Te estaba esperando, precioso.
En aquel momento, Christian recibió tres miradas llenas de odio. - Soy Christian Bale, un gusto.
Los cuatro estrecharon su mano más fuerte de lo normal con unas sonrisas más falsas que Louis alguna vez había visto en ellos.
- Edward Styles - se presentó Edward.
- Harry Styles - dijo Harry.
- Marcel Styles - dijo Marcel.
- Louis Tomlinson, aunque ya nos conocemos - dijo Louis.
- De Styles - lo corrigieron.
Louis rodó los ojos - Louis Tomlinson de Styles.
- Espero disfruten de su velada señores Styles - dijo con una sonrisa llevando hasta sus labios la copa de champán. - Con su permiso, nos vemos luego - dijo despidiéndose no antes de guiñarle el ojo a Louis y luego irse.
- Es insoportable - dijo Marcel.
- Un viejo mediocre - dijo Harry.
- Un quita esposos - dijo Edward.
Louis rodó los ojos - ustedes son increíbles - nótese el sarcasmo.
- ¡Te coqueteo en nuestra cara! - dijo Harry exasperado.
- ¿Saben lo que quiero en sus caras? - preguntó Louis divertido.
- No ¿Qué? - preguntó Marcel con el ceño fruncido.
- Mi culo - dijo y luego giró por sobre sus talones y se fue.
Los rizados quedaron con sus bocas entre abiertas ¿desde cuándo su pequeño esposo se había vuelto así? No lo sabían pero desde la empresa los tenía jodidamente necesitados de poseer su hermoso cuerpo curvilíneo.
Cuando reaccionaron ya era demasiado tarde y Louis había desaparecido entre todos los invitados. De inmediato lo comenzaron a buscar muy preocupados, en el camino se toparon con algunos conocidos charlaron un rato pero sin dejar de buscar disimuladamente al castaño quien no aparecía por ningún lado. Tardaron algunos minutos en encontrar al pequeño quien estaba en la barra tomando un delicioso jugo de naranja y charlando animadamente con el barman.
- ¡Louis! - dijo Edward - No vuelvas a irte de esa manera, nos asustastes.
- No es como si fuese a irme a otra parte - se encogió de hombros. - Tenía algo de sed.
Los Styles se sentaron junto a él y pidieron un trago.
- Saben... bajo este traje tengo unas panties de encaje rosa - dijo el ojiazul de la nada. - Que me encantaría que las quitaran con sus dientes.
Los rizados comenzaron a toser atragantandose con su bebida.
- ¿Quieres matarnos pequeña zorra? - dijo Marcel suavemente.
- ¿A caso quieres que te follemos como la puta que eres? - Esta vez fue Harry quien habló.
- Te follaremos tan duro que no podrás sentarte en varios días. - gruñó Edward - ¿Es lo que quieres, pequeña perra?
- Si, papi - gimió complacido, como le ponía que ellos le hablaran de ese modo.
Tomó la pajilla de su refresco y la chupó succionandola, sus mejillas se ahuecaron al rededor de la pajilla cosa que no pasó desapercibida de sus esposos quienes deseaban que sus pollas estuviesen en lugar de esa pajilla.
- Maldita sea Louis - gruñó Harry desesperado.
- ¿Que ocurre papi? - dijo suavemente batiendo sus espesas pestañas.
- Es suficiente, nos vamos - dijo Edward levantándose de su asiento.
- Ahora verás como te irá, pequeña zorra - dijo Marcel en su oído dándole una nalgada.
Louis pegó un pequeño respingo, sin embargo sonrió complacido, después de todo, si había logrado llevar a cabo su plan.