Tercer Mes
Louis se despertó mejor que nunca, había sentido que dormía en una cama de plumas, la mañana estaba mejor que en muchos días atrás, el sol resplandecía en el cielo. Lo único que no le gustó fue el silencio abrazador que lo invadió, miró el reloj, marcaban las 9:00 am.
Se levantó de inmediato de la cama poniéndose una bata y sus pantuflas de conejito, luego bajó a desayunar, en la mesa había una nota con una bonita caligrafía.
"Tuvimos que irnos antes, te vimos dormir muy cómodo y no quisimos despertarte, te dejamos comida en el horno, ten un hermoso día, nos vemos en la noche, los amamos. Att: Harry, Marcel y Edward"
Louis inconscientemente sonrió y se sirvió la comida caliente, no tardó mucho en aquello y salió a ver dónde se habían metido los tigres.
- Zeus, Zafiro - los llamó, unos chapoteos lo hicieron ir a la piscina, allí estaban nadando tranquilamente. Sonrió y volvió a entrar mientras bebía su té.
Subió hasta su habitación y preparo la ducha con el agua tibia, aquello hizo que su cuerpo se relajara para un día muy agotador en el trabajo. Cuando llegó la hora de vestirse se vio en el espejo, los jeans comenzaban a apretarle y ya no cerraban, hizo un pequeño puchero, desde este momento todo comenzaría a apretarle y volverse más rellenito. Hizo una nota mental de ir a comprar ropa uno de estos días.
Cuando bajo ya listo para ir a trabajar vio entrar a las chicas que trabajaban en la casa. - Buenos días señor Styles. - dijeron al unisono.
- Buenos días - dijo Louis con una sonrisa.
- ¿Quiere algo de comer? - preguntó amablemente una chica ya mayor.
- Oh no, ya he comido algo pero gracias Susan - respondió y tomó las llaves de su auto. - Volveré un poco tarde, tengo muchas juntas que atender.
Susan asintió y desapareció por uno de los pasillos, Louis salió en busca de su auto y fue directo a su empresa mientras escuchaba algo de música.
Al llegar como siempre Oliver lo recibió dándole las nuevas de ese día.
- Su viaje está listo para mañana a las siete de la mañana - le informó Oliver, Louis se detuvo y lo miró asustado.
- ¿Que viaje? - preguntó.
- A París, tiene revisión de hotel y restaurante... se lo había comentado semanas atrás - dijo el rubio mirando su iPad.
- Oh si, cierto... lo había olvidado - Respondió dudoso, realmente seguía sin recordar algo sobre eso - ¿vendrás conmigo?
- No, lo siento, aquí hay muchas cosas que hacer pero la señora Tomlinson me recomendó enviar a alguien con usted, alguien que conozca de la ciudad y el idioma.
- Perfecto, por mi no hay problema - sonrió - eres increíble, creo que podría contratarte de por vida. ¿Cuanto tiempo sería?
- Una semana y gracias señor - Oliver sonrió feliz, era lo que más quería, el puesto era increíble y la paga aún mejor.
- Si, lo haré, pasa a firmar tu contrato por la tarde. - Louis se retiró hacia su oficina.
Al llegar a su oficina se sentó en su escritorio y abrió su laptop revisando algunos correos con el ceño fruncido, tarareó un poco una canción que había escuchado de camino a la empresa. Entró en noticias y leyó el título de la última noticia. "Niños que son billonarios" Alzó una de sus cejas y comenzó a leer el artículo.
En la lista encabeza los hijos Tomlinson Styles quienes aún no nacen y ya tienen la vida ganada gracias a sus padres. Para quienes no saben hace tan solo unos días se dió a conocer que el empresario Inglés Louis Tomlinson es de los pocos hombres que poseen el gen para poder quedar en estado. El joven compartió en su cuenta de Instagram una foto de un ultrasonido en dónde podemos apreciar a tres pequeños creciendo en su vientre, la razón por la cual están en la cima de esta lista es por que sus padres poseen un imperio que solo crece día con día al igual que sus cuentas bancarias y por ende será heredado a sus hijos.
Louis soltó una risita, por supuesto que lo heredarían sus hijos, en algún momento tendrían que retirarse y los chicos se harían cargo, aunque sería una gran controversia si los chicos se rehúsan a dirigir los negocios familiares.
El teléfono comenzó a sonar sacándole de sus pensamientos, en la pantalla se iluminó el nombre de "Hazz"
- Hola - dijo alegremente.
- Hey, amor - respondió Harry de igual manera - Llamé a casa y dijeron que regresarías hasta tarde.
- Si, tengo algunas juntas y pensaba ir de compras, la ropa comienza a apretarme - respondió despreocupadamente mientras ojeaba unas páginas.
Harry sonrió enternecido, pronto la pancita se notaría mucho más - Podemos acompañarte si quieres.
- Claro, me encantaría ir con ustedes ya que no nos veremos una semana - hizo un pequeño puchero.
Louis podría jurar que Harry frunció el ceño - ¿A que te refieres?
- Tengo una revisión en París, me iré por una semana, mi vuelvo sale mañana - dijo buscando un bolígrafo.
- ¿No puede ir Oliv? - preguntó.
- ¿Oliv? Oh, hablas de Oliver - rió suavemente - No, estás cosas según mi tía se hacen personalmente.
- Oh, deacuerdo amor - dijo resignado. - ¿irás solo?
- No, Oliver habló sobre alguien que conociera la ciudad, no lo sé - respondió simple. - De verdad me serviría su ayuda, no se hablar francés.
Harry río suavemente - Edward podría ayudarte, siempre se escapaba a Francia, supongo que tuvo que aprender su idioma.
Louis rió - No te preocupes, Oliver ya tiene a alguien en mente.
- Bien, pero no me da confianza, no lo conocemos.
- Todo estará bien - dijo Louis - no pasará nada.
- Nos preocupa que estés lejos, estás embarazado y puedes necesitarnos en algún momento - dijo Harry realmente preocupado - imagina que estaremos a kilómetros de ti.
Louis sonrió enternecido - Estaremos bien, solo es una semana, nada puede ocurrir en una semana.
Harry suspiró - Bien, le diré a los chicos que pasaremos por ti a la tres de la tarde para ir de compras. No olvides que te amamos.
- Yo también los amo, hasta luego - Louis cortó aún con una sonrisa en sus labios.
Mientras con los Styles, estaban en la oficina de Harry escuchando la conversación con sus brazos cruzados y sus ceños fruncidos.
- Todo puede pasar en una semana - bufó molesto Edward.