Capítulo 2

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Jiwoo 

Jiwoo

¡Jiwoo!

Finalmente reaccionó, parpadeando ante su llamado.

- ¿Estás bien? - preguntó con calma Jungeun.

- ¿Qué...? ¡Oh sí! cielos lo lamento yo... me desconcentré.

- Por favor no lo hagas, no tenemos mucho tiempo - regañó su mejor amiga y Jinsol solo le regaló una sonrisa. 

- Perdón - murmuró.

No eran muchas las personas que conformaban el coro escolar, en realidad no llegaban ni a diez personas. Pero tampoco era necesario, quienes pertenecían, poseían una increíble voz y un talento que desbordaba al igual que su carisma. 

- Bien, ¿Jiwoo tienes la nota? - preguntó la mayor - Jiwoo... la nota - volvió a hablar al notar que no tenía respuesta - ¡Jiwoo! 

- Oh sí, lo siento ¿Qué preguntabas?

- ¡Maldición! - gruño Jinsol, perdiendo un poco la paciencia. No era común que tuviera mal humor pero mierda, realmente le gustaba Chan y Kim Lip había arruinado su momento. Cantar era lo único que la sacaba de sus problemas y ahora su pequeña compañera, Jiwoo, no parecía concentrarse. No tenía tiempo para esto.

- Un momento unnie, por favor - esta vez Jungeun parecía preocupada. Tomó a Jiwoo del brazo y la sacó de la sala - ¿Qué te ocurre? 

- Nada, no sucede nada -respondió con la mirada en el suelo.

- ¿Estás segura? pareces perdida - tomó su rostro y lo levantó - Sabes que puedes decirme cualquier cosa ¿verdad? cualquier cosa - Jiwoo asintió - ¿Qué pasó?

- Nada.

Y no mentía, no había pasado nada. 

Había transcurrido una semana desde que chocó con la nueva estudiante y desde ese día no podía dejar de pensar en ella. 

No era como si la pensara 24/7, pero en ocasiones invadía su mente sin previo aviso, sacándola completamente de sus pensamientos y después de que salía de su cabeza, comenzaba a cuestionarse a sí misma ¿por qué siquiera había pensado en ella? perdiéndose nuevamente en sus ideas. Y así se iba su día. 

Era nuevamente miércoles, y pensó que debería estar en el salón L12, así que de forma impulsiva corrió al segundo piso, sin saber porqué lo hacía. Esperó impaciente jugando con sus dedos, algunos minutos pasaron y pensó lo estúpida que estaba siendo. Pero entonces la vio salir del aula, apretando fuertemente su bolso.

Tal vez fue la cantidad de películas cursis que había visto a lo largo de sus 17 años o los manhwas que su madre solía comprarle, pero aquella mañana, pensó que dejar caer sus libros frente a la chica nueva sería una buena idea. 

Por supuesto que no lo fue.

Con cautela pero aprisa se acercó hacia donde se dirigía y nuevamente chocó su hombro, dejando que un libro cayera esta vez.

- Oh... lo siento.

La escuchó decir, pero ni siquiera volteo a verla. 

Parecía perdida en sus pensamientos "¿le ocurrirá algo?" pensó Jiwoo, pero inmediatamente sacudió su cabeza, "tal vez simplemente está cansada o tiene prisa por llegar a su siguiente clase".

Había un millón de razones por las cuales no le había dirigido la mirada. Y una de ellas es que no había una razón especial para hacerlo. 

Jiwoo no era especial para ella. 

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