Los tres monstruos encendieron velas y proporcionaron cosas para mantener ocupada a la niña. Ella había hecho un montón de dibujos.
(N/A T/n ahora está en pijama. Puedes elegir la que más te guste)
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—¡Ah! —exclamó, indicando que tenía hambre.
Sulley y T/n se turnaron para lanzar Cheerios en su boca desde atrás del sofá.
—¿Qué hice? Actué como un torpe —Sulley se regañó.
—Cariño, no te castigues. Yo fui quien abrió la puerta —dijo T/n.
—Pero podría haberte disuadido. Y ahora, esto destruirá la compañía —Sulley señaló.
—¿La compañia? ¡¿Qué importa la compañia?! Miranos ¡Eso es una cosa mortal! —Mike exclamó.
—La-la-la-la-la-la —repitió la niña mientras giraba en círculo.
—Solo espera nuestra hora de dormir y luego ¡zas! Oh, seremos presa fácil. Simple carnada —exclamó Mike mientras la niña caía del mareo, luego continuó: —Escucha, yo tengo un plan aquí. Usando cucharas comunes, se hace un túnel que cruce la ciudad y saga de aquí.
—No me digas —dijeron Sulley y T/n juntos.
—Ya, se me seco el cerebro. Basta —Mike dijo, arrojando el papel ahora arrugado en el bote de basura desbordado, luego continuó—. ¿En un Globo? Muy costoso. ¿Una catapulta? Complicado. ¿Caballo gigante de madera? ¡Muy griego!
Sulley y T/n volvieron a mirar a la niña que había terminado su dibujo. Se los mostró y habló como un bebé. Era de Sulley, T/n, tomados de manos. Sulley lo miró con curiosidad mientras T/n se conmovió.
—¿Qué plan? ¿Qué plan. Piensa. Piensa, piensa... en muerte cerebral — murmuró Mike para sí mismo.
Fue entonces cuando los otros dos vieron a la pequeña bostezar y mirarlos adormilada.
—¿Eh, Mike? Creo que tiene sueño —Sulley informó.
—Ah, encuentra una camita y que duerma… yo trato de pensar —gritó Mike y luego se golpeó la cabeza contra la mesa.
—A la camita, ¿ya quieres dormir? ¿Tienes sueño? ¿Eh? —T/n le preguntó a la niña, quien solo la miró adormilada.
