Capitulo 41.

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UNOS MESES DESPUÉS

Un niño estaba profundamente dormido hasta que escuchó que se abría la puerta. Cuando apareció el monstruo y antes de que el niño pudiera gritar, sacó un micrófono.

—¿Hay sonido? ¿Hola? 1, 2 3, probando —preguntó Mike mientras el niño encendía la luz y Mike continuaba: —Hola, mucho gusto. ¿Qué tal? ¿Qué tal? Linda noche. Me encanta estar en tu cuarto. ¿De dónde eres?

El niño no dijo nada.

—No importa. Vas al kinder, ¿no? Oh, extraño el kinder. Los mejores tres años de mi vida. De mi vida —dijo Mike, repitiendo la última parte para obtener una reacción.

El niño no hizo nada.

—Amo el deporte. Esquivar la bola. Que juego. Era un gran jugador. Yo era la bola. Yo... era la bola, sí— Mike preguntó y luego decidió: —Ya se.

Al ver que el niño no reaccionaba, se puso de pie y se comió el micrófono. Esperó y luego eructó ruidosamente, haciendo reír al niño.

—Oye, gracias. Recomienda el show y no olvides la propina para la camarera — dijo Mike

La risa continuó mientras Mike revisaba el recipiente más grande y lo veía llenarse por completo. Fue entonces cuando Sulley, con corbata, se le acercó.

—Que gusto, Mikey. Cubriste tu cuota con un solo niño —lo felicitó.

—Que bien, ¿no? Solo un comediante con un perfecto ritmo produce mucha energía en un solo show—dijo Mike y bailó en su lugar.

—Ajá, y que la risa sea diez veces más fuerte que los gritos no tiene nada que ver —sonrió Sulley.

Mike se aclaró la garganta con torpeza.

—Oh, Cuchurrumin. Ven aquí —
Celia llamó.

—¡Schmoopsie-poo! —Mike la vitoreó, corriendo hacia ella.

—Cuchuchu —suspiró soñadora y lo sumergió.

—¡Whoa! —el exclamó. Se besaron y sus tentáculos lo bañaron en besos, haciéndolo reír.

—¡Niñas! Niñas, basta... ¡basta, basta, ya! —Dijo Celia.

—¡Hey, tortolitos! ¡Consigan una habitación! —una voz rió.

Se volvieron para ver a T/n.

—Ahora, ¿quién te dio el derecho a decir eso, T/n? —Preguntó Mike.

—Uh, lo hiciste cuando hiciste lo mismo con Sulley y yo —respondió   T/n—. Bueno, será mejor que vea a Sulley —informó T/n.

—Michael, eres un encanto —
Celia le dijo a Mike, continuando su conversación de antes.

—Oye, ¿compraste la revista? —
preguntó Mike.

—Te traje una caja completa —respondió ella.

—¡Déjame verla! —dijo, se rió y luego preguntó mientras la abría—. Estamos en la portada, ¿no? —Vio que su rostro estaba cubierto por el código de barras mientras que los rostros de Sulley y T/n se veían perfectamente—. No puede ser —susurró Mike.

—Cuchurrumin... —Celia susurró con simpatía.

—¡Aparezco en la portada! ¡Ow!

Mientras todos disfrutaban, T/n y Sulley caminaron hacia la salida, agarrados de la mano, hablando sobre boo.

Sacó su portapapeles y miró el dibujo que Boo hizo de los tres con su parte de la puerta pegada al fondo. La parte de T/n estaba alrededor de su cuello en un collar.

—La extraño —le dijo Sulley mientras rodeaba a su esposa con un brazo.

—Yo también —dijo T/n mientras abrazaba su cuerpo.

—¡Hey, Sulley! ¡T/n! —Mike intervino, haciéndolos saltar y Sulley pasó las páginas hacia adelante en el portapapeles.

—Eh, Mike. Estábamos, eh, solo... —
tartamudeó Sulley.

—Si tienen un minuto, hay algo que quiero mostrarles —dijo Mike, escoltándolos fuera.

—Pero... —T/n tartamudeó.

—Cierra los ojos y sígueme. Camina —instruyó Mike.

—Yo-yo-yo... —tartamudeó Sulley.

—NO veas —agregó Mike.

Los condujo al simulador de pruebas.

—Camina, camina, camina. Ven —dijo Mike.

—Mike... —remarcó la pareja, abrazándose para que no se cayeran.

—Sigue mi dulce voz. Alto, ya. Ábrelos —les dijo Mike.

Lo hicieron y no pudieron creer lo que vieron: ¡la puerta de Boo!

—¡Ta-da! —Mike exclamó.

—Mike... — dijo T/n.

—Es la...? —preguntó Sulley.

—Perdonen si tarde. Tenía que encontrar todos los trozos —explicó Mike, mostrándoles las manos llenas de ampollas y luego continuó: —Y solo funciona si tienes todas las piezas.

Entonces recordaron sus piezas de la puerta que les dio. Los sacaron y los colocaron donde tenían que ir. La puerta se iluminó y Mike les indicó que entraran. Abrieron la puerta y miraron dentro.

—¿Boo? —ellos llamaron.

—¡Pajarito! ¡Gatito! —Boo respondió, ganándose sonrisas en sus rostros.

𝑴𝒐𝒏𝒔𝒕𝒆𝒓𝒔, 𝑰𝒏𝒄. (𝑺𝒖𝒍𝒍𝒊𝒗𝒂𝒏 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora