Sonrisas Fingidas

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Luego de una larga y agotadora noche decidí ir por algo de comer a Betty's antes de ir a la universidad.

Eran las 8.00 am, así que probablemente todos ya estarían en sus trabajos y clases, dejando el restaurante vacío para mi conveniencia.

Había dos vehículos en el estacionamiento de clientes, así que asumí que mi teoría era cierta. Bajé del jaguar y caminé a la puerta de madera bajo el enorme cartel de una mujer rubia con delantal de mesera, probablemente de los 80's, sosteniendo una bandeja en su mano que tenía una hamburguesa con la palabra Betty's como relleno.

Caminé hasta una de las butacas y esperé a que me atendieran; en efecto, habían 5 personas a lo mucho.

Una sonriente chica de pelo negro y ojos cafés se me acercó. Llevaba el uniforme amarillo de Betty's sumamente pegado al cuerpo, como si lo hubiese modificado intencionalmente para resaltar sus curvas.

-"Buenos días, guapo, ¿Qué te puedo servir?"

Su delantal tenía bordado el nombre "Candy".

-"¿Te llamas Candy?" pregunté extrañado.

-"Soy toda una dulzura", dijo guiñando un ojo.

-"De acuerdo.... Café y una hamburguesa de la casa"

-" A la orden", dijo sonriendo una vez más y desapareciendo detrás del mesón.

Saqué mi teléfono y vi que tenía un par de mensajes de texto.

<<Fue una buena despedida, que tengas una buena vida, River Argent, espero que dejes de ser un imbécil algún día. NICK >>

Sonreí. El mensaje era totalmente innecesario.

Abrí el siguiente.

<<¿Sabes que hay examen la próxima clase? Debiste venir a esta. Baco >>

<<Pff, lo olvidé>> respondí.

<<Te pasaré mis notas más tarde, idiota. Baco>>

-"Aquí tienes, guapo", dijo Candy entregándome una taza de café. "La hamburguesa sale en 5".

—"Gracias", respondí sin mirarla.

<<Iré por ellas a las 4>> respondí.

<<Yo te las paso a dejar a tu departamento; de todas formas estaré por el barrio. Baco>>

<<Bien>> respondí.

-"¿River?" escuché a alguien decir.

-"No, solo me parezco", dije revolviendo mi taza de café.

-"Sabía que eras tú", dijo sentándose frente a mí en la butaca.

Lo quedé mirando extrañado; no esperaba a que se sentara. Sus ojos azules se veían felices y por un momento me miró confundido.

-"Yo soy..."

-"Theo, sí, te recuerdo, no debes introducirte cada vez que te veo", respondí.

-"Oh, lo siento", dijo llevando su mano a la cabeza, era un gesto que hacía seguido. "Pensé que no me habías reconocido".

-"Con tanta ropa fue difícil", dije dando un sorbo a mi café.

Se puso completamente rojo al instante.

-"Yo... No. Yo no"

-"Aquí tienes, guapo, ¿algo más?" dijo Candy dejando la hamburguesa en la mesa.

-"No, gracias", dije sin despegar la mirada de Theo.

-"Creo que mejor me voy..." dijo aún sonrojado.

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